Michelle Obama abre su corazón y confiesa que su boda fue un día 'agridulce'
La exprimera dama habló sinceramente de la mezcla de sentimientos que la abrumaba el día que fue al altar con el amor de su vida.
Michelle Obama y su hermano Craig Robinson asistieron a la Cumbre de la Fundación Obama en Chicago, y conversaron con la presentadora Isabel Wilkerson, quien tuvo curiosidad por saber si el día de la boda de los Obama había sido hermoso.
“Sí, fue un día difícil… Mi papá no estaba para llevarme al altar. Acababa de morir. Fue agridulce. Me estaba casando con el hombre al que amaba, conocen a ese hombre, Barack Obama, pero papá había muerto”, confesó ante la audiencia.
Luciendo su look natural, que ha generado tantos comentarios, Michelle habló como siempre, con la aplastante honestidad que la caracteriza.
El matrimonio de los Obama tuvo lugar el 3 de octubre de 1992, y un año antes el padre de Michelle, Fraser Robinson, había perdido la batalla contra la esclerosis múltiple a los 55 años de edad, justo la edad que tiene actualmente la ex primera dama.
Su hermano mayor, quien la acompañaba en la entrevista y se desempeña como entrenador deportivo y locutor, fue quien tuvo el privilegio de acompañarla en el pasillo nupcial y entregarla a su futuro esposo. Para él, su padre resumía la definición de un buen padre.
“Era una especie de patriarca. La gente iba a él por consejos, bromas, apoyo, consuelo y todas las cosas por las que buscas al patriarca de la familia”, dijo Craig.
Para Michelle, algo que siempre le ha dado gran consuelo es que su padre no solo tuvo oportunidad de conocer al expresidente, sino que le dio su bendición para unirse en matrimonio con su hija.
“Nos había dado tanto que nos ayudó a estar donde estábamos allí y donde estamos ahora”, añade Craig, con mucho orgullo.
Y como parte de esa gran educación que recibieron de sus padres, donde les enseñaron que su opinión cuenta, los hermanos sienten que deben seguir luchando por contrarrestar la discriminación racial, compartiendo con honestidad quiénes son, de dónde vienen y cuáles son sus sentimientos.
“… tal vez si me muestro todos los días como un humano, un buen humano, a lo mejor eso va a ir desgastando su discriminación”, dice Michelle.