Chica atropellada por conductor ebrio escapó de la muerte tras pedirle a los presentes que "rezaran en voz alta"
Una mujer de Missouri conducía a la iglesia como lo hacía a menudo, sin imaginar que tendría una experiencia cercana a la muerte. Un accidente automovilístico casi le cuesta todo, ¡pero una serie de milagros estaba a punto de ocurrir!
Katie Lentz era una joven de 19 años con el resto de su vida por delante. Su futuro era brillante y probablemente estaba ansiosa por crear recuerdos y tener aventuras con sus seres queridos.
La mujer de fe se dirigía a la iglesia el 4 de agosto de 2013, cuando sus peores temores se hicieron realidad. Un vehículo chocó contra su Mercedes convertible y la dejó malherida y necesitando ayuda urgente.
El impactante accidente
Los trabajadores de emergencia corrieron a la escena del accidente para rescatar a Katie mientras yacía atrapada en los restos de su auto con varias lesiones graves. Katie no recordaba el impacto del incidente, pero recordó haberle preguntado a la gente:
"¿Es esto la vida real? ¿Esto realmente está sucediendo?".
La vida de Katie estaba pendiendo de un hilo cuando de repente tuvo una solicitud simple, pero única para todos los que la rodeaban. Ella pidió a la gente que "orara en voz alta". Explicó por qué esta solicitud era tan importante para ella, compartiendo:
"No podía rezar en voz alta como estaba acostumbrada y como quería porque me encontraba débil. Me dolía el cuerpo. Necesitaba que otras personas hicieran eso por mí. Eso me animó".
Orando por un milagro
La mamá de Katie, Carla Lentz, recordó el momento devastador en que se enteró del accidente de su hija. A los allegados se les dijo que se prepararan para lo peor porque la situación de Katie era crítica.
Carla y su esposo, Ed Lentz, se aferraron a su fe y oraron por un milagro. Innumerables amigos y hermanos en la fe también se unieron y le pidieron a Dios que sanara a la joven de 19 años.
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Cuando llegó el equipo de evacuación aérea para transportar a Katie al hospital, se encontraron con algunos problemas. El miembro del equipo Dusty Wheeler dijo:
"Tuvimos dificultades para controlar la presión arterial y estabilizarla".
El paramédico sabía que, si no sacaban a Katie del vehículo pronto, no lo lograría. Finalmente, después de una hora y media, el equipo sacó a Katie de su automóvil, pero las cosas no pintaban bien.
En el ambiente tenso, los transeúntes tomaron en serio la solicitud de Katie. Oraron en voz alta y sus palabras dieron esperanza a la joven. "Nunca pensé que iba a morir", afirmó.
El "sacerdote misterioso"
Momentos después de que comenzara la oración, apareció un "sacerdote misterioso" y bendijo a Katie y al equipo que la asistía. Sus oraciones significaron mucho para la joven y alentaron a todos en la escena.
La identidad del sacerdote permaneció en el anonimato después de la terrible experiencia, por lo que la gente rápidamente comenzó a llamarlo el "sacerdote ángel". En realidad, su nombre era Patrick Dowling.
El sacerdote no se inquietó cuando abandonó la escena del accidente y estaba feliz de haber tenido la oportunidad de orar por la joven.
"Absolví y ungí a Katie y, a petición suya, recé para que no le doliera la pierna", dijo el religioso.
No abandonó su fe
Katie llegó al hospital a tiempo y los cirujanos comenzaron a operar de inmediato. Sus heridas eran graves y necesitaba múltiples cirugías. No sería un camino fácil hacia la recuperación, pero gracias a su fe, ella sobrevivió
El padre de Katie lloró al recordar el intenso dolor de su hija después del accidente. Deseaba haber podido asumirlo él mismo y llevar sus cargas. Sin embargo, valió la pena para la adolescente porque su historia tuvo un impacto significativo.
Las personas en el hospital y en línea se dieron cuenta de la experiencia milagrosa y quedaron atónitas por la valentía de Katie. Se mantuvo fuerte y compartió que Dios le dio "paz sobrenatural".
Katie estaba agradecida por las muchas oraciones y se recuperó milagrosamente. Podía caminar sin ayuda y dijo:
"Mis médicos me dijeron que debería haber muerto, tener muerte cerebral o paralización... pero estoy bien. ¡Alabado sea el Señor por su misericordia, sanidad y fidelidad! Dios me ha bendecido inmensamente".
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La historia de Katie trajo esperanza a muchos y ella continúa compartiendo su encuentro con otros. Bien hecho, Katie, ¡eres una inspiración para todos nosotros!