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Perrita se negaba por completo a dejar a la embarazada hasta que notaron que quería salvarle la vida

A veces se sentaba cerca de su dueña mirándola fijamente, y cuando Alhanna salía de casa la perrita se inquietaba.

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Alhanna Butler, de 21 años, y su esposo Ricky, de 25, viven en Doncaster, South Yorkshire, Inglaterra, junto a su pequeño hijo Lincoln y su perrita, Keola, una Akita Americana.

Si no fuera por Keola, Alhanna y su hijo probablemente no estarían presentes hoy. Cuando ella estaba embarazada de Lincoln, comenzó a experimentar dolores agudos en la parte baja de la espalda.

A raíz de esto acudió al hospital, pero los médicos le dijeron que no era algo de lo que debía preocuparse, pues se trataba de un efecto secundario del embarazo.

Sin embargo, Alhanna sabía que algo no estaba bien con su cuerpo y afirma que Keola también sintió lo mismo, ya que actuaba de forma extraña.

A veces se sentaba cerca de ella mirándola fijamente, y cuando Alhanna salía de casa la perrita se inquietaba.

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Era una clase de comportamiento que la dueña nunca había visto en su amada perrita. Las cosas empeoraron cuando Keola comenzó a empujar el vientre de Alhanna y a gimotear constantemente.

Después de compartir una fotografía en las redes sociales de Keola mirándola intensamente durante casi una hora, la madre de Alhanna, Amanda, la llamó para decirle que la perrita estaba tratando de decirle que algo andaba mal.

“Mi madre llamó y dijo 'escucha a tu perra, está tratando de decirte algo'”, dijo Alhanna, según reseñó el periódico británico Mirror.

Entonces ella escuchó la advertencia de su madre y de su perrita y fue al hospital. Una vez en el centro de salud, la examinaron más detalladamente.

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Allí fue llevada de inmediato a cuidados intensivos con una infección resistente a los antibióticos y una infección del riñón. Los médicos le dijeron que habría muerto de no haber ido al hospital en ese momento.

Durante dos semanas Alhanna luchó por su vida, mientras que los doctores hicieron todo lo posible para salvarla a ella y al niño dentro de su vientre.

Los médicos también se vieron obligados a crear un nuevo antibiótico en el laboratorio, uno diseñado especialmente para tratar la infección de Alhanna.

Al final, afortunadamente, ella fue salvada, y su parto se dio de acuerdo a lo que había planificado. Su hijo Lincoln nació sin complicaciones.

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“No tengo ninguna duda de que ni Lincoln ni yo estaríamos aquí hoy si no fuera por Keola”, dijo Alhanna, según señaló Mirror.

La joven madre también afirmó que esta no es la primera vez que Keola exhibe un sexto sentido. Al parecer, la Akita fue la primera en alertarla sobre el hecho de que estaba embarazada.

“Hicimos prueba tras prueba, pero sin suerte. Seguían saliendo negativas. Un día, tiré una prueba negativa y salí de compras”, explicó Alhanna.

“Cuando volvimos, Keola había revisado la papelera y había sacado la prueba de embarazo de la basura”.

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“Ella nunca había tocado las papeleras, así que fue muy extraño. Estaba sentada frente a la prueba como si estuviera tratando de decirnos algo”, explicó la madre, según el periódico británico.

Cuando nació Lincoln, sano y fuerte, él y Keola desarrollaron un vínculo inseparable.

“Ahora ella pasa todo su tiempo a su lado. Duerme junto a su cama y lo vigila todo el tiempo. En Japón, los Akitas han sido conocidos como perros 'niñeras' y definitivamente ella está a la altura de esto. No se separa de él”, contó la madre.

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INTUICIÓN DE LOS PERROS

En incontables ocasiones se ha dicho que los perros tienen la capacidad de detectar algunos cánceres y enfermedades. Hay ciertos perros que han sido entrenados para detectar el cáncer de piel simplemente al oler lesiones en la piel.

Algunos estudios también han demostrado que los perros pueden detectar el cáncer de próstata al oler la orina de un paciente.

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PERRO RECIBE BALAZOS PARA SALVAR A SU DUEÑO

Unos ladrones le dispararon a un pastor alemán llamado Rex mientras protegía su hogar y a su joven dueño de intrusos en Des Moines, Washington.

El perro se enfrentó a los intrusos que irrumpían en el hogar de la familia con una serie de valientes acciones que salvaron la vida de Javier, de 16 años, pero casi terminaron costándole al can la suya propia.

Javier estaba solo en casa ese día cuando los asaltantes irrumpieron en su residencia a plena luz del día. Dijo que Rex inmediatamente corrió escaleras abajo a proteger su territorio.

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Rex, quien cumplió 3 años el pasado mayo, y ha sido parte de la familia desde que era cachorro, recibió disparos en el cuello y en ambas patas traseras. Una de las balas le fracturó la tibia, la cual fue reparada por un cirujano dos días después.

Sus heridas y traumas requerirán terapia y tratamientos para la artritis, pero Rex parece estar recuperándose muy bien. Sin embargo, ahora protege a Javier más que nunca.

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