Su cabeza era 3 veces el tamaño normal en el momento que apareció en medio de la calle
Cuando Laura Forma terminó su trabajo del día, se apresuró a buscar al perro, junto con un par de voluntarios, Tom Heller y Rob Acuna Jr.
El mes pasado, Laura Forma vio a un perro caminando por una calle cerca de Houston, Texas. Aunque el cuerpo del perro se veía normal, su cabeza se veía 3 veces más grande de lo que debería ser.
La mujer le dijo a The Dodo lo siguiente: “Estaba conduciendo por la calle, y lo vi justo en el medio del camino, caminando de frente al tráfico. Simplemente me detuve e intenté atraparlo, pero él siguió corriendo hacia otro lado. Ni siquiera estaba interesado en mí”.
Forma intentó ofrecerle comida, pero no se acercó a buscarla. En cambio, el perro desapareció en un complejo residencial cerrado. “Cuando entré y hablé con el guardia, no pude encontrarlo”, agregó.
Lamentablemente, la mujer tuvo que irse sin rescatar al perro, pero compartió una publicación en Facebook con fotos y videos tan pronto como pudo.
“¡SOS!!! Perro moribundo caminando que no quería venir hacia mí y solo estaba yendo hacia el tráfico. Gracias a todos los autos que no pararon y que pudieron haberme ayudado a ponerlo a salvo.
“Fue visto por última vez yendo a un complejo de apartamentos y le di mi información a algunos residentes”, fue parte de lo que escribió.
Su post fue visto por Anna Barbosa, presidenta y cofundadora de Houston K-911 Rescue, un grupo que ayuda a perros abandonados y maltratados.
Barbosa dijo a The Dodo:
“Estaba cerca de ese barrio cuando ella lo publicó, así que salí y lo busqué. No pude encontrarlo. Le pregunté a la gente, pero nadie tenía idea de lo que estaba hablando”.
LOGRARON RESCATARLO
Cuando Laura Forma terminó su trabajo del día, se apresuró a buscar al perro, junto con un par de voluntarios, Tom Heller y Rob Acuna Jr.
Finalmente lo encontraron escondido en una unidad de almacenamiento frente a un complejo de apartamentos y lograron capturarlo. Luego lo llevaron al VERGI Animal Hospital, y Houston K-911 Rescue se hizo cargo de su cuidado.
El perro, al que llamaron Gus, resultó tener un cordón de zapatos atado alrededor de su cuello, y estaba tan apretado que había causado que su cabeza y cuello se inflamaran.
RECIBIÓ SEVERO MALTRATO
Barbosa contó que los fluidos no podían moverse a través de su cuerpo porque se cortó la circulación. Ella piensa que lo que ocurrió fue que, cuando era cachorro, alguien le puso el cordón alrededor del cuello.
Cuando el equipo veterinario hizo una radiografía, también descubrieron que tenía 28 balines alojados en su cuerpo, alguien le había disparado varias veces.
Barbosa agregó: “Están prácticamente en el lado derecho de su cuerpo. No sé cómo sucedió... ¿lo sujetaron? ¿Estaba atado y alguien le disparó? Quién sabe”.
Las lesiones de Gus eran tan severas que los veterinarios inicialmente no estaban seguros de si sería capaz de sobrevivir, y todos podían ver que el perro estaba sufriendo mucho.
“Se podría decir que la cantidad de dolor probablemente era demasiado abrumadora, por lo que se podría decir que estaba en modo superviviente”, dijo Barbosa.
ESTÁ SANANDO POCO A POCO
El equipo veterinario trabajó duro para salvar la vida de Gus al operar sus heridas, y el perrito, que se estima tiene solo 8 meses de edad, logró soportar la cirugía.
Cuando Gus estuvo lo suficientemente estable como para abandonar el hospital, se fue a vivir con Marina Harrison, una cuidadora adoptiva de Houston K-911 Rescue, y aunque su recuperación ha sido lenta, Marina ha disfrutado de ver mejoras en él todos los días.
Ella explicó lo siguiente a The Dodo: “Al principio estaba un poco nerviosa, pero se volvió más seguro bastante rápido”.
“Me da algunos movimientos de cola aquí y allá, está comiendo bien. Le gusta robar las camas de los otros perros cuando tiene la oportunidad, por lo que tiene un poco de personalidad que sale, lo cual es realmente agradable de ver “.
Gus necesitará varias semanas más para recuperarse por completo, pero eventualmente estará en adopción. “Lo vi durante el fin de semana y lo está haciendo muy bien”, señaló Laura Forma.
Y agregó: “Él ni siquiera actúa como si algo estuviera mal. Es súper cariñoso, y simplemente nos cubrió con besos y abrazos. Está buscando un hogar, y va a ser un gran perro”.
Cuando los perros son atados se les limita el derecho a socializar con sus iguales, privándolos de comunicación, juegos, e interacciones, además de reducir su necesidad fisiológica de realizar ejercicio físico.
Al no poder canalizar la energía extra, se traduce en una carga ansiosa que la mayoría de las veces se traduce en agresividad.
Imagen tomada de: Pixabay
Tampoco pueden explorar, oler, cosas simples que son parte de su naturaleza.
Al tenerlos amarrados también se les obliga a vivir entre heces y orines en el mismo sitio donde duermen y comen, algo que los perros, detestan.
Esta historia nos recuerda otra de un cachorrito que había sido abandonado con una soga atada al cuello. Elizabeth Jackson estaba en su cabaña cerca de Filadelfia cuando vio a una chica pasando cerca con un cachorrito que temblaba y acababa de bañarse.
La mujer, que dirige una organización de rescate de animales, se veía frenética e inquieta y Jackson reconoció esa mirada, así que le preguntó qué estaba haciendo.
La joven entonces le dijo que justo había comprado al cachorro de un lugar donde lo tenían bajo pésimas condiciones, atado al cuello, pero su abuela no le permitía quedárselo. Elizabeth le dijo que podía encargarse de él.
Tras curarlo, la mujer consiguió una familia permanente para el cachorro, que resultó ser el famoso futbolista Peyton Manning y su familia.