La mujer más vieja del mundo, de 129 años, reveló que tuvo un solo día feliz en toda su vida

Koku Istambulova, de 129 años, manifestó con tristeza que su larga vida ha sido un castigo para ella porque no ha tenido muchos días felices en su vida.

La mujer que dice ser "la persona viva más vieja del mundo" ha hablado de la brutalidad que enfrentó después de su deportación al exilio interno soviético por el tirano Stalin durante la Segunda Guerra Mundial.

Istambulova, nacida el 1 de junio de 1889, según su pasaporte ruso y sus papeles de pensión, ha dado un triste testimonio sobre el trágico día en que Stalin deportó a sus nativos chechenos a las estepas de Kazajstán hace más de 75 años. .

En una confesión aún más desgarradora, Istambulova dijo que ella ha tenido un solo día feliz en todos sus años.

Ella reveló que fue el día en que entró a una casa construida con sus propias manos en su tierra natal después de 13 años de exilio.

Después de regresar a su país natal años después de la purga de Stalin, Istambulova comenzó a construirse un hogar en una de las casas chechenas que habían dejado los rusos.

“Fue el día en que entré por primera vez en mi casa. Era muy pequeño y avivé la estufa con leña. Pero era mi casa. La construí yo misma, la mejor casa del mundo. Viví allí durante 60 años." citó Daily Mail.

Sin embargo, antes de ese día, ella ha pasado por muchas tragedias y experiencias dolorosas. Tenía 54 años cuando fue testigo de la muerte de personas en trenes de camiones de ganado utilizados para el exilio forzado de su gente.

Antes de eso, ella vivió la coronación del último Zar Nicolás II solo dos días antes de su séptimo cumpleaños. Luego ella vio la caída de su gobierno cuando ella tenía 27 años.

Sin embargo, la mayor parte de su sufrimiento llegó durante su exilio, cuando incluso perdió a sus dos hijos por las duras condiciones.

Ella reveló que no había médicos que los trataran cuando se enfermaron y finalmente murieron.

Actualmente, se ha quedado casi ciega y casi ni camina. Cuando recuerda a las personas que han fallecido, especialmente a su hija, se pone melancólica y llora cada vez que las recuerda.

Lo triste de la vida es que no siempre es como queremos que sea. Sin embargo, las historias de personas como Istambulova nos dan ánimo y esperanza.

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