Dos jubilados en Galicia podrían perder su casa por una deuda telefónica de 23 euros

Un matrimonio de jubilados de Santiago estuvo a punto de ser embargado de su vivienda por unos impagos a una compañía telefónica que ascendían a 23 euros.

Todo comenzó cuando la pareja decidió cambiar de compañía telefónica. Tenían contratado un servicio de ADSL, con llamadas de fijo y móvil, con Jazztel.

La otra empresa se encargó de tramitar la portabilidad y a principios de junio recibían la notificación de la baja.

No obstante, un mes más tarde recibieron una factura por valor de 9,62 euros de Jazztel, pensaron que se trataría de un error y optaron por devolverlo.

Al siguiente mes llegó un nuevo cargo, por valor de 3,85 euros, vinculado con un número de teléfono que ni siquiera sabían que tenían.

Con la llegada de una tercera factura, la pareja descubrió que les habían activado esta línea justo cuando su contrato de ADSL se canceló, ya que hasta ese momento era un servicio gratuito con el que no sabían que contaban.

NO HABÍAN TENIDO GASTO EN ESA LÍNEA

La pareja se quejó explicando que este número sí figuraba en las facturas que les estaban enviando al correo electrónico de un familiar el cual habían facilitado por no tener cuenta propia ni habilidades informáticas.

Pero señalaron que el gasto de esa línea en los últimos años había sido de 0 euros. Fue tras dejar a Jazztel cuando comenzaron a cobrar.

“Se aprovechan de la gente mayor como nosotros”, señalaron.

RECIBIERON CARTA DE COBRANZA EXTRAJUDICIAL

A finales de enero el matrimonio recibió una carta del departamento legal de la compañía exigiendo que pagaran la cantidad de 23,09 euros en cinco días para llegar a un acuerdo extrajudicial.

De lo contrario, la deuda por intereses y gastos aumentaría y serían incluidos en una lista de morosos, lo cual podría acarrear el embargo de bienes como la vivienda y la pensión.

SE SIENTEN ENGAÑADOS

Posteriormente, los jubilados presentaron una reclamación a la OCU señalando que “No se les informó de nada”.

El matrimonio se ha negado a pagar la deuda porque se sienten engañados.

Ante la deriva del caso, la compañía finalmente rectificó informando de que “en atención al malentendido” cancelarán la deuda de 23 euros pendiente, aunque de momento todavía no se ha hecho.

Este caso nos recuerda al de una señora de 74 años que fue estafada por una inquilina a la cual le alquilaba su vivienda para ayudarse a pagar la renta de un lugar que le permitiera estar más cómoda.

La jubilada, que está enferma del corazón, había decidido rentar su apartamento debido a que quedaba en un piso alto y no tenía ascensor. Conoce más detalles aquí.