José Muñoz, de Estopa, se puso botox en las axilas para evitar sudar
El integrante de la famosa banda española hizo una íntima confesión sobre su salud en su visita a El Hormiguero el pasado 3 de junio, ante el asombro de la audiencia.
El pasado lunes 3 de junio, el espacio de El Hormiguero recibió a la banda Estopa como invitados, con motivo del debut de su nuevo sencillo, titulado "Fuego".
Pero además de discutir su nuevo disco (que saldrá el 18 de octubre), en el vigésimo aniversario de su primer disco, José Muñoz entró en detalles sobre un procedimiento al que se sometió.
En la entrevista, Pablo Motos fue quien sacó a relucir el tema de la operación a uno de los hermanos de la agrupación: "te has operado de los sobacos y te has puesto bótox", le dijo a secas Motos a José Muñoz.
"Desde que acabó la gira de 2015 dije que tenía que hacer un cambio en mi vida y me hablaron de ponerme bótox en los sobacos, porque sufro hidrólisis", confesó el músico.
José, el menor de los dos hermanos, dijo que la sudoración en exceso ha sido un problema toda su vida, lo cual lo ha llevado a considerar el bótox como una opción.
"Me he operado los sobacos. Cuando acabé la gira 2015 dije, tengo que hacer un cambio en mi vida. En realidad no es una operación, pero sufro hidrólisis y sudo mucho. Me lo puse en abril y dura de seis a nueve meses, me he gastado 400 euros en cada sobaco. Si no me hubiera puesto esto ahora estaría empapado. Funciona, claro que funciona", afirmó el artista.
El conductor luego le preguntó que porqué no se ponía más bótox aún, para dejar de sudar por completo, luego de haber señalado José el surco de sudor que se veía en su camisa.
"Porque creo que se desconfigura todo y empiezas a sudar por otro lado. Estoy contento porque ahora me puedo poner camisetas de color gris y verde. He ganado en autoestima", dijo en broma José.
Su hermano también hizo alarde de su humor, replicando que "yo lo veo igual que antes".
El bótox puede ser tema serio. Cuando Rachael Knappier fue a una "fiesta de bótox" en casa de una amiga a finales del mes de agosto, planeaba aplicarse un poco del remedio anti-arrugas en la frente mientras compartía un poco de vino espumeante con sus amigas.
Pero, tras unas copas de Prosecco, accedió a rellenarse los labios también. Lo que no se imaginó es que la mujer que le inyectó el relleno accidentalmente perforaría una arteria, haciendo que sus labios se inflamasen terriblemente.