Su cabello se tornó gris a los 21 años y ahora es una inspiración al dejar de teñirlo
El cabello para una mujer es un tema de gran importancia. Lo sabemos. Es casi como el de la historia de Sansón: allí está su poder. Y es que el estado de ánimo de una mujer puede cambiar de acuerdo al estado es que se encuentre su cabellera.
Sara Eisenman no es la excepción. Ella es de Sedona, Arizona, Estados Unidos. Es escritora y neurocientífica. Tiene 43 años pero desde hace un par de décadas algo cambió súbitamente. De la noche a la mañana, cuando tenía 21 años de edad, el color de su pelo simplemente cambió a gris, reporta Daily Mail.
Para ese entonces, la joven Sara vio en su cabello gris símbolos de envejecimiento, de los cuales estaba realmente avergonzada. Por lo tanto, comenzó allí su obsesión por teñirse el cabello cada dos semanas, de manera que absolutamente nadie pudiera verle en su estado natural.
“Lo veía como símbolos de envejecimiento cuando realmente estaba en pleno auge mi juventud”.
Era tan grande su preocupación que horas antes del nacimiento de su hijo, se tiñó el cabello en el hospital para que quienes fueran a visitarla no notaran ninguna señal del color grisáceo que tenía.
Pero a los 37 años, y después de tener a su segundo hijo y comenzar a estar mucho más ocupada, detuvo la coloración casera.
Simplemente dejó de teñir su cabello y ahora se encuentra fascinada con su manera de verse. También cuenta con todo el apoyo de su esposo.
Cuando tomó la decisión de parar con el tinte, sus amigas le dijeron que no lo hiciera porque se vería vieja y parecería una bruja, pero ella supo en su corazón que lucharía y ganaría contra los estereotipos.
“Comencé a darme cuenta de cosas muy potentes: primero, que mi vergüenza respecto a mi pelo estaba conectada a otras dimensiones de mi vida que me ponían incómoda también, todo basado en el adoctrinamiento social; y segundo, que el renacimiento de mi pelo plateado era un símbolo, una corona que marcó un desapego total de esa vergüenza y que me dio una fuerza radical de voluntad para quererme a mí misma y liberarme”.
El cambio le resultó bastante positivo, pues afirma que desde que dejó de dar color artificial para mostrar su cabellera gris, se siente más sexy que nunca. Además, asegura que lo realmente “antienvejecimiento” ha sido aceptarlo.
Ante esta modificación, también ha tomado una nueva perspectiva:
"Al apreciar mi cabello plateado me siento más viva, más bella y más sexy que nunca a mis 40 años. Mi filosofía es que, en todas las etapas de la vida, no necesariamente 'envejecemos', sino que tenemos la oportunidad de crecer continuamente".
Sara no es la única mujer que se ha cansado de estar “esclavizada” a colorearse el cabello, cada cierto tiempo, por el que dirán. También le pasó a Kerry Grundhoefer, una mujer que simplemente estaba cansada de afectar con tantos productos químicos su cabello natural.
Fue entonces cuando contactó al estilista Christopher Hopkins, conocido por ser “el hombre de las transformaciones” y vaya que logró un gran cambio en ella que puedes ver haciendo click aquí.