Lupita Ferrer: el lado humano de la fama de la diva de telenovelas

La vida de Lupita Ferrer ha estado repleta de atención del público y de las cámaras, pero detrás de la fama existe una mujer real con un corazón que palpita y emociones a flor de piel.

La icónica actriz de telenovelas Yolanda Guadalupe Ferrer, mejor conocida por su nombre artístico Lupita Ferrer, nació en Maracaibo, Venezuela, un 6 de diciembre de 1945, hija de padres inmigrantes de España. Esta talentosa actriz venezolana ha tenido una distinguida carrera en televisión, cine y teatro, llena de éxitos pero también de difíciles encrucijadas que la definieron como persona.

PRIMEROS PASOS

Recientemente, Lupita reveló detalles inéditos sobre su vida y su carrera en entrevista con María Elena Useche, en "El Lado Humano de la Fama".

Lupita se hizo famosa por su increíble capacidad artística, su imponente presencia histriónica y sus expresivos y enormes ojos. Comenzó a actuar a los 15 años en "Hamlet", como Ofelia, y a los 18, el Presidente de Venezuela, Raúl Leoni, la vio en "Doña Rosita, La Soltera" y quedó muy impresionado por su talento.

CINE Y TELEVISIÓN

Para la década de los 60s, Lupita trabajó en una serie de producciones mexicanas y mexico-venezolanas, llegando a compartir pantalla con actores del calibre de Mario Moreno (mejor conocido como Cantinflas). En los 70s, Lupita llegó a trabajar en Hollywood, donde colaboró con grandes como Tony Curtis.

Sus primeras telenovelas fueron "Esmeralda", sobre una joven ciega, "Mariana de la Noche", sobre el amor prohibido entre Mariana Montenegro e Ignacio Lugo Navarro (José Bardina), "María Teresa", una mujer que se vuelve loca tras perder a su hija, "La Zulianita", y la inolvidable "Cristal".

LADO HUMANO

Lupita lleva años radicada en Miami. A finales de los 70s, se casó con el director estadounidense Hall Bartlett, con quien pasó cuatro años, y quien la dirigió en la película "Los Hijos de Sánchez", de 1978, con las actuaciones de Anthony Quinn, Dolores del Río, Katy Jurado y Lucía Méndez. En la entrevista con Useche, Ferrer ofreció un consejo a jóvenes en el mundo de la actuación:

"[Es ] una carrera que a veces hay que sacrificar mucho, como un hogar estable, tener hijos a veces se hace difícil. Si yo tuviera que hacerlo de nuevo, no dejaría que la carrera me absorbiera como ha hecho conmigo, sino me daría más espacio, para ser mujer, para tener un lado humano, para tener un hijo, no sé, aunque fuera hasta soltera, cosa que yo no quise hacer."

CRISTAL

A mediados de los 80s, consiguió su más exitoso papel de telenovela, con RCTV en Venezuela, "Cristal", donde encarnó a Victoria Ascanio, una chica muy humilde quien es abusada por un joven estudiante de sacerdote que la deja embarazada, y luego es obligada a abandonar a su bebita tras el parto.

Años después vuelve como la dueña de una línea de alta costura, que maneja con puño de hierro. Contrata a una hermosa jovencita quien, tras muchos giros, resulta ser su hija perdida. Fue un éxito masivo en Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y Asia, y fue doblada a muchos idiomas.

AÑOS RECIENTES

En 2006, Ferrer volvió a la actuación en la serie estadounidense "Ugly Betty", basada en la exitosísima telenovela protagonizada por Ana María Orozco. En su participación, interpretó a una actriz de telenovela que pelea con una enfermera, interpretada por Salma Hayek, creadora de "Ugly Betty".

El año siguiente, Ferrer participó en "Pecados Ajenos"; producción de Telemundo, donde dio vida a la Sra. Ágata Mercenario. En 2010, participó en "Eva Luna", de Univisión, como Justa Valdez.

ABORTO SECRETO

En 2012, Ferrer también actuó en la telenovela Rosa Diamante, interpretando a Rosaura Sotomayor. En la telenovela, compartió la pantalla con Carla Hernández, quien interpretó a su hija perdida, abandonada años atrás en un internado.

Ese mismo año, Lupita concedió una reveladora entrevista al programa "Confesiones de novela", donde contó a la audiencia que en cierta oportunidad, se vio obligada a someterse a un aborto, pues había quedado embarazada y no podía darse el lujo de perder trabajos como actriz, además de que no se concebía a sí misma como una madre.

Otro icónico actor latinoamericano, Mario Moreno, tuvo una vida llena de altibajos, escándalos y romances fallidos. Siempre interpretaba a galanes en sus películas, pero en la vida real tenía pésima suerte en el amor.