3 chistes divertidos sobre cumplir deseos
Hay un dicho popular que reza, cuidado con lo que deseas: aquí hay un par de chistes sobre deseos que se hicieron realidad y no fueron como pensaban.
Un buen día, un niño de 10 años encuentra una lámpara de aspecto extraño. El objeto pareció brillar y llamó su atención. Entonces, el pequeño lo recogió y lo frotó sin saber la sorpresa que se llevaría.
Inmediatamente, del utensilio aparece un genio, quien le dice al niño que tiene un total de tres deseos, después de lo cual le pregunta cuál le gustaría que fuera el primer pedido.
Joven mirando una lámpara de luna 3D. | Foto: Getty Images
El ninó no tardó mucho en decidir que deseaba con toda su fuerza: "Me gustaría ser rico", dijo rápidamente. En respuesta, el genio chasquea sus dedos y dice que está hecho. Luego pregunta: "¿Cuál será tu segundo deseo, Rich?"
LA LÁMPARA MÁGICA Y EL JEFE
Un hombre que no tiene mucha suerte trabaja en una empresa que le paga con maní por el riguroso trabajo que hace. Un día, mientras está en su oficina, descubre una lámpara vieja y espera que su suerte cambie, la frota suavemente y luego aparece un genio.
El astuto genio le explica que obtendría tres deseos y que, sea lo que sea que pida, su jefe obtiene el doble. El hombre asiente de acuerdo e inmediatamente exige un millón de dólares como su primer deseo.
Entonces, el genio asiente y le recuerda al hombre que su jefe obtendría dos millones de dólares si concede su deseo. El empleado no lo duda y dice que está de acuerdo.
El genio concede ese primer deseo y luego da paso al segundo. Para su siguiente pedido, el hombre dice: "Mi segundo deseo es una mansión en una remota isla tropical".
El genio una vez más le recuerda que su jefe también obtendría dos hermosas mansiones. El hombre acepta y pasa a su deseo final. En esa oportunidad, el hombre le pide al genio que done uno de sus dos riñones al hospital. Así no pasó mucho tiempo antes de que la desaparición de su jefe llegara a los noticieros.
LA LÁMPARA MÁGICA Y LA ISLA
Tres hombres adultos están varados en una isla. En un hermoso día y el grupo de náufragos decidieron dar un paseo por la playa donde descubrieron una lámpara mágica.
Inmediatamente la frotan y sale un genio. Él se inclina respetuosamente ante los tres y afirma que dado que solo podía conceder tres deseos, todos podrían tener uno.
El primer hombre se lamenta de cómo ha estado atrapado en la isla durante décadas lejos de su familia, miró al genio y deseó estar en casa.
¡El genio chasquea los dedos y puf! El hombre desaparece. El segundo hombre también desea lo mismo, y el genio también lo concede. Cuando era el turno del tercer hombre, mira a su alrededor y, al darse cuenta lo solo que quedó en la isla, estalla en lágrimas incontrolables.
El genio le pregunta por qué estaba llorando, y el hombre responde que desearía que sus amigos estuvieran con él. ¡Oh Dios!
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