Humberto Janeiro muere de falla multiorgánica a los 76 años
Ha fallecido el patriarca del clan Janeiro y a pesar de sus diferencias, la familia se mantuvo a su lado hasta el final y se unen en el dolor de tan sensible pérdida.
A sus 76 años, el pasado domingo 9 de agosto en horas de la tarde terminó la lucha de Humberto Janeiro, al no lograr recuperarse del grave cuadro con el que fue hospitalizado tres semanas atrás debido a complicaciones por la diabetes que padecía.
El padre de Jesulín de Ubrique venía arrastrando algunos problemas de salud en los últimos meses, y aunque los partes de la familia desmentían su gravedad, algunas imágenes captadas lo hacían ver bastante delgado y con mucho deterioro físico.
A finales de julio, el patriarca de la familia ingresó de emergencia al Hospital Universitario de Jerez de la Frontera debido a una grave infección en las úlceras que tenía en su pie, cuadro común en pacientes con diabetes.
La infección produjo un cuadro séptico que derivó en lo que se conoce como una falla multiorgánica, que no es más que el colapso de cada uno de los órganos indispensables para mantener la vida, debido a que no les llega suficiente suministro de oxígeno y nutrientes para funcionar.
A pesar de que Humberto logró presentar una mejoría que permitió que saliera de la unidad de cuidados intensivos, haciendo renacer las esperanzas en su familia, lamentablemente se produjo su deceso la tarde del domingo.
Rodeado constantemente por su pareja de los últimos años, Camila Naranjo, y por sus cuatro hijos, Humberto, Jesulín, Carmen y Víctor, quienes han dejado atrás sus diferencias y se han unido en torno a su padre para despedirlo, Janeiro fue enterrado en el cementerio de Ubrique, en Cádiz.
Debido a las restricciones por la pandemia del coronavirus, la asistencia al acto fúnebre fue bastante limitada, sin embargo se contó también con la presencia de María José Campanario, en apoyo a su esposo Jesulín.
GRAN ABUELO
A través de las redes sociales, la nuera de Humberto, Beatriz Trapote, ha querido despedirse de él con una dulce carta escrita en nombre de su nieto más pequeño, Víctor, quien le agradecía junto a su hermano Oliver por las tantas veces que compartieron juntos, por el amor, los juegos, las sorpresas y su gran sentido del humor.