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Irene Rosales, furiosa defiende a Kiko Rivera tras su renuncia como comentarista: "La vida da vueltas"

Valeria Garvett
26 sept 2020
21:17

Cuál fiera, Irene Rosales defendió a su marido en redes sociales, luego de que recibió muchas críticas a raíz de la corta labor que desempeñó como comentarista deportivo para Canal Sur Radio.

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Desde hacía tiempo, el DJ se encontraba buscando nuevas oportunidades profesionales en vista de la delicada coyuntura por la pandemia, pero ante los primeros resultados cambió radicalmente sus planes. Y es que su deseo de reinventarse rápidamente quedó opacado por las críticas.

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Ya el sevillano había comentado en sus redes sociales que estaba viviendo dificultades económicas, debido a que su trabajo requiere de viajes y espectáculos que de momento están cancelados.

Pero sin quedarse de brazos cruzados, el hijo de Isabel Pantoja y Francisco ‘Paquirri’ perseveró y brevemente cambió de campo profesional.

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“Hoy debuto en @CanalSurRadio de la mano de mis compañeros de @lagranjugadacsr comentando los partidos de mi @SevillaFC durante toda la temporada!”, confesaba Kiko en Twitter.

No obstante, su nueva oportunidad quedó tan truncada al recibir tantas críticas por su desempeño que renunció en tan solo el primer día de trabajo.

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“He tomado una decisión. Mi vida es mucho más bonita que todo esto. No tengo que aguantar esto. Renuncio a mi salario y a volver a ir a comentar un partido”, decía el DJ poco después de su debut, según cita Lecturas.

IRENE, FURIOSA

No es de extrañar que su mujer Irene Rosales la esté pasando fatal. Que Kiko fuese comentarista deportivo no solo era una oportunidad para crecer laboralmente, sino para aumentar ingresos en casa, que, como ya se sabe, han disminuido a raíz del COVID-19.

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A través de Twitter, la nuera de Isabel Pantoja contraatacó a los detractores de su pareja, asegurando que el karma existe y que no comprende cómo la gente puede llegar a ser tan cruel: “Jamás se me ocurriría jugar con el pan de otra persona. Eso es de ser muy MALA persona”, escribía dolida.

A Irene le da “rabia e impotencia” que el prójimo actúe tan deplorablemente, restando felicidad a las personas y sus logros, y pidió a los críticos que reflexionen, pues la vida “da muchas vueltas”.

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