El día que el matrimonio de Sarah Mintz interrumpió su sueño y cerró las puertas de su carrera
La actriz colombiana, mejor conocida como Maritza Rodríguez, explicó que su matrimonio con Joshua Mintz, quien fue vicepresidente ejecutivo de Telemundo, le cerró algunas puertas en el ámbito laboral.
Desde su cuenta de Instagram, la artista que ahora se llama Sarah Mintz, publicó un video en donde le contó a sus seguidores sobre esa dolorosa experiencia. “Había un proyecto espectacular, divino y ya el productor había puesto mi nombre sobre la mesa”, narró.
Señaló que estaba en Miami junto a su familia haciendo compras en un centro comercial cuando sonó el teléfono.
Al ver el número se emocionó y cuando ya tenía todo cuadrado para iniciar el trabajo, le informaron que ya no iba a formar parte de la producción de Televisa.
Al recibir está noticia, Mintz se sintió muy triste, pero cuando supo el verdadero motivo del rechazo, le supuso un fuerte golpe.
“Él no me lo dijo directamente, pero indirectamente comentó que era por ser la esposa de Joshua Mintz", haciendo referencia al productor, reveló la artista.
Sarah se sentó a llorar con su familia y pensaba que era una situación muy injusta, ya que su carrera fue labrada mucho antes de ser la esposa de Joshua.
La colombiana se sintió muy mal, pero luego reflexionó y pensó que su vida personal siempre va a estar por encima de la profesional.
A pesar de este tropiezo, Mintz tuvo una gran experiencia en producciones como ‘Silvana sin lana’, ‘La casa de al lado’, ‘El rostro de Analía’, ‘El rostro de la venganza’, entre otras.
JUDÍA ORTODOXA
Luego de ganar fama en su tierra natal y de cosechar grandes logros actorales en México, e incluso los Estados Unidos, el judaísmo pasó a reinar en su vida y se despidió de las cámaras y los reporteros.
Sarah decidió enfocar su buena energía y se convirtió en coach de superación personal. Además, está dedicada a su vida familiar junto a su marido y a sus hijos gemelos, Akiva y Yehuda Mintz.
SU PRIORIDAD
Sarah comenzó a cuestionar lo que estaba haciendo con su vida en el año 2016. Luego de pensar en cómo vivía, se centró en su familia y fue entonces cuando su hogar se convirtió en su prioridad.
Dejó de lado la religión católica y se convirtió al judaísmo ortodoxo moderno. Fue en ese momento cuando también modificó su nombre.
Mintz se muestra feliz con su vida actual y aunque hay cambios importantes que tuvo que asumir, para ella el reto fue sencillo porque estaba enfocada en alcanzar su deseo de existencia, para encontrar su propio norte.