Cliente atacó los estantes de un supermercado cuando se le pidió que usara mascarilla

Un cliente furioso causó destrozos en un supermercado inglés porque le pidieron que se colocara mascarilla.

La escena se desarrolló en un supermercado Tesco del barrio londinense de Ealing. En el video, originalmente compartido por la plataforma TikTok, puede verse a un cliente enloquecido causando destrozos.

No lleva la mascarilla requerida para prevenir la COVID-19. El barrio de Ealing ha sido señalado como punto álgido de contagios en la ciudad.

Según trascendió, el personal del supermercado le pidió amablemente que se pusiera la máscara necesaria. La reacción del cliente fue violenta y destructiva.

No solo no se puso la mascarilla, sino que se puso a vaciar las estanterías con furia y gritos. En el video se ve cómo amontona mercadería rota en el suelo del supermercado, ante la mirada atónita del personal de seguridad y de otros clientes asustados.

Se escucha el momento en el que el personal de seguridad llama a la policía. Quien filma lo hace desde una prudente distancia, temiendo un ataque del cliente descontrolado.

Según dijo la policía al Daily Mail, el episodio ocurrió en septiembre pasado. Fueron llamados a la escena para contener un episodio de comportamiento antisocial.

"Los oficiales arrestaron a un hombre bajo sospecha de daño criminal", declaró un vocero de la institución policial. Así se supo también que el hombre llegó a hacer daño a una persona.

"También se lo arrestó bajo sospecha de lesiones en relación con una acusación de ataque y de lastimar a un miembro del personal del supermercado", afirmó.

"Soren Birch, de Greenfold, fue luego puesto en libertad bajo fianza, con la condición de que comparezca ante la Corte de la Magistratura de Uxbridge". Los cargos que se le imputaban eran "daño a la propiedad y ataque con golpes".

Un portavoz de Tesco manifestó gratitud por la rápida acción de la policía en la ocasión retratada en el video.

El uso de máscaras en los negocios londinenses es requisito impuesto bajo pena de 200 libras esterlinas de multa. Los negocios están autorizados a prohibir la entrada a sus locales a quienes se rehúsan a usarlas, y pueden llamar a la policía de ser necesario.