La importancia de la "Regla de 4 regalos" para los Reyes Magos

Aunque la tradición de los Reyes Magos tiene muchos aspectos positivos hay que tener cuidado en la forma en la que se lleve a cabo, pues podría llegar a afectar las personalidades de los niños.

Las fiestas son muy hermosas por todo lo que implican. Desde el compartir en familia hasta el momento en que los niños reciben sus regalos parecen estar repletos de magia.

Sin embargo, expertos advierten que hay que prestar especial atención en la forma en que se celebran estas fechas y la cantidad de regalos que se le dan a los más pequeños.

Según indica el estudio de la felicidad del experto en psicología Martin Seligman, hay varios factores que contribuyen al sentimiento de la felicidad.

Sin embargo, ninguno de ellos tiene en realidad que ver con el consumismo, por lo que no se deberían fomentar la priorización de lo material.

La psicóloga infantil Sílvia Tarrés advierte que darle una gran cantidad de juguetes a un pequeño que apenas está en desarrollo, podría desatar el “síndrome del niño hiperregalado”.

RASGOS DEL NIÑO HIPERREGALADO

Existen diversas características que permiten identificar a un infante con este síndrome como son: la baja tolerancia a la frustración, el egoísmo, capricho y escasa imaginación.

Niños que suelen menospreciar lo que tienen y suelen darle más valor al materialismo y al consumo exacerbado, probablemente tengan este síndrome.

REGLA DE LOS 4 REGALOS

Para evitar que los infantes lleguen a absorber esos rasgos en su personalidad, la psicóloga Grecia de Jesús resalta que existe un método sencillo que ayudará a los padres durante esta época del año.

Según las reglas solo debería dársele al niño cuatro tipos de regalo, siendo el primero algo que sea útil y se pueda portar como prendas de ropa.

Como segundo obsequio se le puede dar al menor una cosa que necesite, como algún objeto relacionado con una actividad extraescolar.

Asimismo, se puede optar por regalar un objeto que fomente la educación o el intelecto del infante.

Por último, pero no menos importante, se puede premiar al menor con algo que desee y que no necesariamente ofrezca un valor en su desarrollo. Se puede llegar a pedir al niño que escriba dos o tres opciones para que el padre seleccione la que considere más adecuada.

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