Flor Silvestre: los hombres que la actriz amó antes de Antonio Aguilar
La actriz estuvo casada en dos oportunidades antes de conocer al cantante mexicano que se convirtió en su gran amor.
Para Guillermina Jiménez Chabolla, mejor conocida como Flor Silvestre, Antonio Aguilar fue el hombre de su vida. Sin embargo, antes de enamorarse del legendario actor, Flor estuvo casada en dos ocasiones.
Luego de vivir un traumático divorcio de su penúltimo esposo, Flor inició una relación con el popular cantante. Estuvieron juntos durante más de 48 años, hasta que los separó la muerte de Antonio en 2007.
PRIMER AMOR
El debut de Guillermina Jiménez se dio en 1943 cuando apenas contaba con 13 años. A la edad de 15, ya era presentada en el mundo de la música como el "alma de la canción ranchera".
Su incipiente carrera la llevó de gira alrededor de Centro y Sudamérica, llegando a actuar en Argentina. Fue en este país donde conoció a Andrés Nieto, quien se convertiría en su primer esposo, y padre de su primogénita.
SEGUNDAS NUPCIAS
La primera hija de la actriz, Dalia Inés Nieto, nació en esta nación austral en 1948. Aunque, la relación entre Andrés y la intérprete no duro mucho tiempo, dejándola libre para encontrar un nuevo amor. En la década de los cincuenta formó parte del elenco de la obra “¡A los toros!” del locutor Francisco Rubiales.
El cronista taurino se convirtió en su segundo esposo en 1953, y juntos tuvieron a dos hijos. Marcela y Francisco Rubiales ambos crecieron inmersos en el mundo artístico. Hoy en día, Marcela es actriz, y Francisco es escritor. Pesé a que su matrimonio duro solo cinco años, el proceso de divorcio se tornó difícil para ella.
Flor Silvestre en el Festival y Rodeo Nacional Mexicano de 1975, en Denver, Colorado. | Foto: Getty Images
AL TERCER INTENTO
Finalizada su separación del empresario taurino, Silvestre conoció al que estuvo a su lado hasta que la muerte los separó. Antonio Aguilar era por aquel tiempo uno de los actores más populares del cine mexicano.
La ceremonia civil se realizó el 29 de octubre de 1959 un año después de su divorcio. Según se contó, el sacerdote que ofició la boda regañó a los novios por no celebrar su matrimonio eclesiástico anteriormente. La tercera fue la vencida para Jiménez, quien convivió con el cantante hasta sus últimos días. En el 2007, Antonio murió a causa de una infección pulmonar.
“Pienso en los 50 años que me dio y no en la enfermedad que lo mató”, recordó Silvestre según reporta Zócalo. Incluso reconoció que nunca pensó que podría vivir sin él y que siempre lo mantiene cerca de su corazón.
Flor Silvestre en evento del Salón de la Fama de Hollywood en 2012. | Foto: Getty Images
EXCELENTE PADRE
Algunos piensan que los hijos de Aguilar pudieron desplazar a los de Jiménez, pero esta son meras conjeturas. Pesé a que el cantante no era el padre biológico de Dalia, Marcela y Francisco, siempre los quiso como propios.
“Siempre lo quise como a mi papá… él me crio”, explicó Dalia Inés según recoge la misma fuente. La primogénita de la actriz conoció el afecto y el cariño paternal de manos del popular actor.
Para Flor Silvestre la vida después Aguilar transcurre en el rancho El Sayote que su esposo hizo construir para ella. Esta propiedad que alberga muchos recuerdos para la intérprete está ubicada en el municipio de Villanueva, Zacatecas.