María Asquerino, la destacada actriz que murió como una mujer libre

Descendiente de generaciones de artistas, María Asquerino supo desde muy pequeña que su destino estaba en la actuación, así como también que su libertad era lo más importante.

La ciudad de Madrid recibió a María Asquerino un 25 de noviembre, en el año 1925. Su madre, Eloína Muro, fue una actriz de teatro al igual que su abuelo César Muro. Su padre fue el reconocido actor Mariano Asquerino.

María tenía apenas 13 años cuando participó en una obra de teatro al lado de su madre. Sin embargo, su debut oficial fue en 1940, en la obra 'Eloína está debajo de un almendro', de Enrique Jardiel.

TEATRO Y CINE

A lo largo de más de seis décadas dedicadas a la actuación, Asquerino hizo un buen balance entre el teatro y el cine, sus grandes pasiones.

En teatro destacó por su actuación en reconocidas obras como ‘Un marido de ida y vuelta’ en 1952, ‘Una muchachita de Valladolid’, en 1957, ‘Anillos para una dama’, en 1973 y su última obra ‘Roberto Zucco’, en 2005.

Su carrera en el cine recibió algunos reconocimientos. En 1970 fue premiada como mejor actriz de reparto por ‘Goya, historia de una soledad’ y por ‘La tonta del bote’ con el Premio Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos.

En 1989 recibió el Premio Goya como mejor intérprete femenina de reparto por ‘El mar y el tiempo’. Su última película fue ‘Tiovivo c. 1950’, en el año 2004.

LIBERTAD VS SOLEDAD

La infancia de Asquerino fue, según contó en su libro ‘Memorias’, escrito en 1987, muy solitaria y triste, por lo que con apenas 17 años decidió contraer matrimonio. La experiencia no fue lo que esperaba.

Su pareja era el clásico maltratador y apenas dos años después se separaron. María nunca más volvió a casarse.

“Lo cierto es que he sido bastante moderada en todo, la única barbaridad que hice fue casarme”, confesó María en sus Memorias, según reporta El País.

A partir de ese momento entendió el valor de la libertad y pagó el precio por eso, si nos atenemos a lo que le dijo a su amigo Paco Umbral poco antes de su muerte: “Por no tener hijos me he quedado solísima”, según cita ABC.

Sin embargo, su concepto de libertad era mucho más amplio, tomando en cuenta la época en que vivió. La forma en que llevó su vida fue completamente al margen de los convencionalismos de sus tiempos.

Aunque sus últimos días los pasó en una residencia geriátrica, murió el 27 de febrero de 2013 en camino al hospital. De alguna manera, recuperó su libertad al final de su vida. Fue velada en el teatro El Español, como siempre quiso.