Raquel Perera se sincera sobre su relación con Alejandro Sanz: "Sabía dónde me metía"
Más de un año ha transcurrido desde la separación entre Raquel Perera y Alejandro Sanz. En una entrevista exclusiva, ella contó detalles inéditos de su historia.
Raquel Perera siempre ha sido una persona muy discreta en su vida personal, y durante los años de matrimonio con el conocido intérprete Alejandro Sanz prefirió mantenerse en un confortable segundo plano.
Pero tras darse a conocer la separación formal de la pareja, ha tenido un protagonismo inesperado. Ciertos aspectos de esta nueva notoriedad les resultan agradables a Raquel, pues le han permitido conectarse con muchas personas a nivel emocional.
Comenzando una nueva vida en Madrid, en la urbanización La Finca al lado de sus hijos Dylan y Alma, de nueve y seis años respectivamente, Perera está confiada en el futuro y deseosa de vivir con gran intensidad.
CONOCIENDO A SANZ
El primer encuentro de Raquel con Sanz fue en los carnavales de Cádiz en 2005, por cuestiones de trabajo. La simpatía entre ambos fue inmediata y el trabajo fluyó perfectamente.
“Es un tipazo con una personalidad arrolladora y un talento increíble. Personas como él no pueden vivir encerradas ni encarceladas, solo ellas eligen cuándo estar solas para inspirarse”, dice Raquel sobre Sanz a Vanity Fair.
Muy pronto establecieron una relación profesional muy especial, con una conexión única. Pero cuando dos años después Alejandro debió tomar una pausa por cuestiones de salud y lo hizo con gran responsabilidad, el amor surgió en el corazón de Perera.
"Cuando empecé con Alejandro Sanz sabía dónde me metía. Esos camerinos llenos de mujeres con deseos incontrolables...", explica Raquel con mucha seguridad.
HIJOS Y MATRIMONIO
El primer hijo de la pareja, Dylan, nació cuando tenían cuatro años juntos. En ese momento decidieron contraer matrimonio el día en que bautizaron a su bebé, sorprendiendo así a todos los invitados.
Posteriormente llegó Alma en 2014, y junto a los hijos mayores de Sanz formaron una gran familia con un equilibrio que funcionó durante varios años.
VIVE LO TENGAS QUE VIVIR
Pero los ritmos de ambos no eran iguales. Según Raquel, Alejandro quería comerse el mundo y ella sintió que debía darle el espacio que necesitara, siempre y cuando cuidara de ella y de sus hijos.
“Vive lo tengas que vivir”, le dijo Raquel.
Eventualmente, la separación formal fue una necesidad, porque se rompieron los límites que a criterio de Raquel son los saludables para la pareja, es decir, cero vínculos sentimentales con terceros.
Actualmente comienza una nueva etapa en la vida de Raquel, donde no descarta la posibilidad de conocer y elegir a la persona que la acompañe a descubrir lo que le depara el futuro.