Gisele Bündchen, la esposa enamorada de Tom Brady que dejó a Leonardo DiCaprio
El deportista y la modelo cumplen 13 años de matrimonio el próximo 26 de febrero. Su historia de amor ha logrado superar todos los obstáculos que la vida les ha puesto.
Gisele Bündcchen conoció a su esposo Tom Brady, jugador profesional de fútbol americano, en una cita a ciegas organizada por un amigo en común.
Esa era la tercera cita de este tipo que tenía la modelo, quien se enamoró de inmediato de los ojos amables del deportista. Desde ese momento han pasado casi 13 años. La pareja tiene dos hijos, Benjamin Rein, de 11 años, y Vivian Lake, de 8.
Siguen siendo una pareja sólida, enamorada y estable en el mundo del entretenimiento. Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas entre ellos.
Cuando la pareja se conoció hacía poco que Gisele había terminado su larga relación con Leonardo DiCaprio.
La modelo y el actor de Hollywood llegaron a pensar en el matrimonio, pero se separaron porque ella se sentía "sola" en todos los cambios que estaba realizando en aquel momento.
"Llegó un momento en el que tomé la decisión de no seguir fumando, bebiendo y trabajando demasiado. Comencé a ser consciente de que había muchas cosas que no había tenido en cuenta y ya no quería seguir haciéndolo", dijo, citada por ¡Hola!
La modelo se preguntó sí se quedaría sola por hacer un examen de consciencia mientras DiCaprio seguía en lo mismo. Al final, descubrió que la respuesta era sí.
Por su parte, Tom también se había separado recientemente de la actriz Bridget Mynahan, con quien tiene un hijo, hoy de 13 años.
De hecho, Tom y Gisele acababan de iniciar su relación sentimental cuando se enteraron de que la exnovia del futbolista estaba embarazada.
La modelo pensó en no continuar con la historia de amor, pero al final decidió quedarse. Incluso, acogió al pequeño John como parte de su familia. No se equivocó, al día de hoy, ella y Tom siguen igual de enamorados como el primer día.
Su boda se realizó en 2009 en la Iglesia Católica de Santa Mónica, California. En una celebración íntima de 20 personas compartieron champaña, pastel y barbacoa de costillas.
La ceremonia fue tan especial que en abril de ese mismo año volvieron a casarse en Santa Teresa, Costa Rica. En esa ocasión fueron 40 los invitados, incluyendo familiares y amigos.