Abuela de 94 años sonríe feliz en su primer viaje a la playa tras recibir vacuna contra el COVID

A casi un año de haber sido declarada la pandemia por el covid-19, son miles las historias que contar. Para esta anciana, hay motivos para celebrar.

Las vacunas contra el covid-19 son una luz de esperanza para la humanidad. Finalmente se percibe una posibilidad real de ver el final a una pandemia que ha cambiado la forma como se desarrolla la convivencia desde hace poco menos de un año.

Es por eso que la abuela del periodista Pablo Ramón Ochoa sintió la necesidad de celebrar en grande el día en que recibió su primera vacuna.

“Mi abuela se ha vacunado hoy y lo primero que le ha pedido a mi madre es darse un paseo por la playa con sus 94 años morenos”, escribió el nieto de la señora.

A través de su cuenta personal de Twitter, el periodista y nieto de la señora compartió algunas fotografías de su abuelita tras ser vacunada por primera vez.

En la primera imagen, la señora mostraba con orgullo el brazo donde le fue inoculada la vacuna mientras se desplazaba en un vehículo, protegida con la mascarilla.

En la segunda imagen, la abuela sonríe llena de felicidad a la cámara, mientras disfruta del aire de la orilla del mar, y el sonido de las olas.

Aunque con seguridad tanto la anciana como sus familiares están en conocimiento de que ella aún no está protegida contra el peligroso virus, la esperanza de que muy pronto podrá volver a compartir con sus seres queridos y pasear al aire libre muy bien merece ser celebrada.

El proceso de vacunación contra el covid-19 ha sido diseñado para llevarse a cabo por etapas. Estas abarcan en una primera instancia a las personas más vulnerables de la población, como son los ancianos. También las personas más expuestas, como el personal médico.

USUARIOS PREOCUPADOS

El tuit de Pablo Ramón generó alguna preocupación entre sus seguidores, quienes quisieron explicarle que su abuelita aún no contaba con la protección apropiada contra el covid-19 como para exponerla a una salida.

Otros por el contrario disfrutaron virtualmente al ver la alegría de la señora e hicieron notar que no había otras personas a su alrededor en esa playa y que en esas condiciones podía disfrutar de la brisa en el rostro sin mascarilla.