Raphael: El día que un concierto en la Alameda Central de México envió a una fan al hospital
Al gran evento acudieron al menos unas veinticinco mil personas. Solo bastaron cuatro canciones para que una de ellas colapsara y fuese trasladada al hospital.
Hace cincuenta años se llevó a cabo un concierto inolvidable en la Alameda Central de México a propósito de los Juegos Olímpicos que se celebraran ese año (1968).
Desde el inicio la Dirección de Acción Social organizadora del evento quiso que el programa fuese histórico y por eso invitó a artistas increíbles como Celia Cruz, José Alfredo Jiménez y Armando Manzanero, entre otros.
Sin embargo, fue justamente durante la presentación del famoso cantante español Raphael que todo pareció descontrolarse.
El cantante llevaba nueve meses sin ir a Ciudad de México. Desde el momento en que aterrizó en el Aeropuerto Central su presencia causó furor.
Esto pudo haber servido como un anticipo para lo que ocurriría más adelante durante el gran evento, pero no fue así.
Había al menos veinticinco mil personas que habían estado durante varias horas en lugar para apartar puesto y ver al artista.
Raphael tuvo que llegar escoltado por motociclistas de la Dirección de Tránsito y requirió de más de trescientos policías y miembros de seguridad.
Sin embargo, la multitud estaba tan entusiasmada que rápidamente todo se convirtió en un caos. Solo bastaron cuatro canciones del cantante para que se evidenciara el descontrol entre los presentes.
El lugar sufrió muchos daños. Pero lo que causó mayor preocupación fue el gran número de menores extraviados y las 70 personas que sufrieron de desmayos o ataques de histeria.
Una joven incluso requirió de traslado inmediato a un hospital tras sufrir un colapso nervioso en pleno concierto.
Muchas personas aprovecharon el momento de descontrol para subir al escenario y saludar a su ídolo. Pero la policía logró evitarlo.
Sin embargo, el caos fue tan elevado que una vez se culminó el Programa de la Olimpiada Cultural, el Gobierno de México se vio en la necesidad de designar un lugar especial para eventos de esa magnitud.
De los 60 años de trayectoria musical de Raphael este fue sin duda uno de los más impactantes y su carrera no ha terminado. El artista sigue dando conciertos por amor a la música.