El hijo mayor de Christopher Reeve, Matthew Reeve, tiene la misma estatura y físico de "Superman" que su difunto padre

Que los hijos se parezcan a sus padres es una realidad universalmente frecuente y esperable. Ahora bien, ser la viva imagen de Superman no deja de ser algo muy llamativo.

En su juventud, Christopher Reeve saltó a la fama por ser mucho más que una cara bonita: su imagen de Adonis y su talento inigualable para la actuación lo hicieron escalar hasta las estrellas.

Sin lugar a dudas, su rol más recordado es su premiada actuación como Superman. Muchas generaciones crecieron asociando sus rasgos al poderoso superhéroe. Y su hijo se le parece tanto que bien podría decir llamarse Clark Kent.

LOS GENES INOCULTABLES

El film 'Superman: The Movie' se estrenó en la gran pantalla en el año 1978. Fue todo un éxito, y le garantizó el superestrellato al actor protagónico, en la que había sido una de sus primeras actuaciones profesionales.

La vida de Christopher Reeve se apagó en 2004, a la edad de 52 años. Sus hijos han hecho todo lo posible por mantener viva la llama de su legado.

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Matthew, su hijo mayor, no solo ha tenido un rol activo en la industria del cine como escritor y productor. También refleja físicamente cómo lucía el difunto actor, con sus rasgos y su estatura imponente.

A sus 49 años, Matthew Reeve puede no ser exactamente igual que su difunto padre, pero ciertamente recuerda la estampa del hombre de acero: bien podría encarnar al superhéroe que intimidaba al crimen en la ficción.

Con 1,88 metros de altura y una contextura física imponente, se nota que está hecho del mismo material que la estrella. Sin embargo, su pasión no está bajo las luces del set sino en la palabra.

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Hasta el fallecimiento del actor, este mantuvo una excelente relación con su hijo mayor. Matthew siempre lo consideró un ejemplo, y aseguró que siempre supo transmitirle su pasión.

El hijo del intérprete ha declarado que lo consideraba un verdadero superhéroe, por la forma en que su padre podía hacer lo que se propusiera: desde tocar el piano hasta pilotear un avión o un barco.

SOBRE MATTHEW

El primogénito de Christopher Reeve es graduado de la Universidad de Nueva York, y ha logrado una carrera como guionista y director. Entre sus películas se cuentan 'The land that never was', 'Agent Hamilton' y 'Second strike'.

Nació el 20 de diciembre de 1979 en Londres, Inglaterra, hijo del actor y de Gae Exton, quien fue pareja de Christopher Reeve por nueve años. Tras la ruptura de esa relación, fue criado por su madre, junto con su hermana.

Tiene un tercer hermano menor, Will Reeve, hijo del matrimonio de su padre con Dana Reeve. Dana fue su compañera hasta el final del camino.

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Los tres hermanos fueron muy unidos tras el accidente y, posteriormente, la muerte de su padre. Matthew, Alexandra y Will comparten un fuerte vínculo y continúan trabajando en la fundación de su padre.

Con un apellido ilustre en el firmamento de Hollywood, Matthew ha tenido que medirse con la memoria y fama de su padre. Pero no ha dejado que esto lo acobarde, y ha logrado una carrera que enorgullecería al difunto actor.

Escribió y dirigió documentales sobre su padre y sobre su esposa Dana, quien falleció de cáncer unos meses después que Christopher.

Sin embargo, Matthew siempre ha buscado refugiarse lejos del resplandor de las cámaras. Lleva una vida discreta, alejada del ojo público.

Actualmente vive en Estocolmo, Suecia. Allí ha formado una familia.

EL LEGADO REEVE

En 2006, Matthew se unió al Directorio de la Fundación Chistopher & Dana Reeve. Ha sido una pieza clave a la hora de mantener el legado de su padre luego de su fallecimiento.

"Entiendo absolutamente por qué todos lo veían a él como Superman. Para mí él era papá y era asombroso", declaró en 2014.

La fundación fue creada por Christopher Reeve después de un trágico accidente en 1995, que dañó su columna vertebral y le ocasionó una parálisis permanente. El actor se enfocó en financiar la investigación y ayudar a otros con el mismo padecimiento que él.

Casi una década después del accidente, el intérprete sufrió una reacción severa a un antibiótico, que lo dejaría en coma. Falleció de un paro cardíaco luego de eso, en octubre de 2004.

Años atrás, Matthew reveló un nuevo plan de la fundación: la campaña "The Big Idea" ("La Gran Idea"). Se refería a un tratamiento para algunas lesiones mediante un dispositivo que brindaba estimulación epidural. La fundación sigue trabajando en pos de buscar tratamientos y esperanzas para quienes sufren parálisis.