Médicos desconectan a mujer joven del soporte vital: su esposo la escucha decir "sácame de aquí"

Dos semanas después de que una mujer de 31 años entrara en coma, los médicos sugirieron desconectar las máquinas de soporte vital. Su esposo aceptó, y se sorprendió cuando la escuchó hablar unas horas más tarde.

Después de que una pareja celebra su boda, es cuando comienza el verdadero desafío. En especial para aquellos que creen firmemente en aquello de permanecer juntos en las buenas y en las malas.

Sin embargo, la experiencia que le tocó vivir a Ryan Finley superó por mucho cualquier reto del destino. Los médicos le pidieron que tomara la difícil decisión de apagar los equipos que mantenían con vida a su amada esposa en la flor de su juventud.

Situación inesperada

Una mañana de mayo de 2007, Ryan se despertó sin imaginar que comenzaría una de las peores pesadillas de su vida. Miró el reloj y fue a despertar a su esposa, lo cual era muy inusual, ya que ella solía levantarse temprano.

Cuando la llamó por su nombre, ella no respondió. Aterrorizado, la sacudió y le habló, pero ella permaneció inmóvil. Unos momentos después, se dio cuenta de que Jill no respiraba.

Ryan entró en pánico e inmediatamente llamó al 911 para pedir ayuda para su esposa inconsciente. Hasta que llegaron los paramédicos, le hizo resucitación cardiopulmonar, en un intento por hacerla respirar.

En el hospital

Una vez que llegaron los paramédicos, revisaron a Jill y la llevaron al Oklahoma Heart Hospital, en Estados Unidos. Ryan siguió a la ambulancia en su camioneta y esperó a que los médicos evaluaran su estado.

Jill había sufrido un paro cardíaco y los médicos estaban haciendo todo lo posible para revivirla. Fue sometida a procedimientos médicos especiales y la mantuvieron en observación durante 24 horas.

Ryan nunca se alejó de ella, y algunas horas después supo que la situación era más delicada de lo que imaginaba cuando el médico de la sala de emergencias le dijo que orara por su esposa.

“Cuando un médico te dice que debes comenzar a orar, creo que te hace saber que todo es lo más grave posible”, dijo.

Los especialistas le explicaron que su esposa estaba en coma y Ryan se sentía desconcertado. Era difícil aceptar que su esposa de 31 años luchaba por su vida.

Confiando en Dios

Durante las dos semanas que Jill estuvo en coma, muchos familiares y amigos pasaron por el recinto hospitalario para visitarla. Su primo fue uno de ellos. Él se presentó con su Biblia y la leyó en voz alta durante casi una hora en su habitación.

Antes de irse, le dio su ejemplar a Ryan y le pidió que leyera algunos pasajes si estaba interesado. Después de eso, él leyó algunos versículos en voz alta varias horas todos los días. Quería que Jill recuperara la conciencia porque no podía imaginar vivir sin ella.

El día 11, Ryan se fue a su casa a pasar un rato a solas, y a intentar reflexionar sobre lo que estaba ocurriendo. Los médicos le habían sugerido desconectar a Jill de las máquinas de soporte vital porque su estado no parecía estar mejorando.

Difícil decisión

Después de pasar toda la noche preparándose para enfrentar el hecho de que Jill podría fallecer, condujo hasta el hospital e informó a los médicos su difícil decisión. Estuvo de acuerdo en desconectarla de las máquinas de soporte vital.

El día 14, los médicos retiraron a Jill del soporte vital. Ella comenzó a moverse y a murmurar cinco horas más tarde, y Ryan salió de la habitación porque no podía verla así. Pensó que esos eran sus últimos momentos, y él prefería quedarse en la sala de espera. Recordó:

“La enfermera salió y me dijo: ‘Creo que tienes que entrar, está hablando’”,

Primeras palabras

Ryan volvió a la habitación de su esposa. Imaginaba que esa sería su última oportunidad de escuchar su voz, pero al verlo ella le dijo: “Sácame de aquí. Quiero irme a casa”.

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Quedó atónito, y quería asegurarse de que no fuera temporal, así que le hizo algunas preguntas, como los nombres de sus mascotas, y algunos cálculos mentales. Ella respondió todo correctamente. Incluso le dijo que quería ir a su restaurante favorito para comer comida mexicana.

En una entrevista, Jill reveló que no recordaba nada de su estadía en el hospital. Dijo que se sentía como si hubiera estado en algún otro lugar durante mucho tiempo. Cuando le pidieron que explicara cómo Jill volvió a la vida, Ryan expresó:

“Dios. Intervención divina. Sinceramente, me siento así”.

Jill reveló que tuvo problemas con sus habilidades motoras después de su regreso milagroso. Le era difícil cepillarse los dientes y atarse los cordones de los zapatos, por lo que tuvo que aprender esas habilidades desde cero.

La vida continúa

Después de permanecer separados durante dos semanas, la pareja se asegura de pasar cada momento juntos, ya sea comprando comestibles o caminando por el parque. Disfrutan al máximo de la compañía mutua después de vivir el peor susto de sus vidas.

Cuando se le preguntó a Jill si su esposo tomó la decisión correcta al quitarle el soporte vital, ella dijo que sí. No quería vivir toda su vida tirada en la cama porque los médicos le habían dicho que “iba a ser un vegetal”.

“Todavía no pasa una noche sin que me despierte. Por lo general, le doy una patada y si ella me devuelve la patada, sé que estamos bien”, comentó Ryan, según recoge ABC News.

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¿Qué harías si estuvieras en el lugar de Ryan? ¿Estarías de acuerdo en quitar a Jill del soporte vital? Nos encantaría saber qué piensas sobre esta historia milagrosa.

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