Barbra Streisand consolidó su matrimonio con su esposo durante 24 años en la casa de ensueño que le tomó 11 años comprar

La artista es conocida por su hermosa voz y sus increíbles habilidades de actuación, pero lo que no se conoce tan fácilmente sobre ella es la historia de cómo llegó a comprar la casa de sus sueños y construir una hermosa vida en ella.

Barbra Streisand y el hombre con quien lleva tiene 24 años de casada, James Brolin, han estado viviendo en la misma casa con sus perros durante muchos años. Pero su experiencia para comprar la vivienda no fue fácil.

La pareja tuvo que trabajar duro para llegar a donde querían estar. Streisand vio la casa por primera vez cuando vivía cerca.

Sin embargo, no pudo comprarla porque a su novio de entonces no le gustaba. Más importante aún, no podía pagarla en ese momento.

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Vive en la casa de sus sueños

Ahora, Streisand y Brolin viven en la casa de los sueños de la artista con sus adorables caniches malteses, de los que están enamorados. Ella incluso ha compartido fotos de los perros en sus cumpleaños en su página de Instagram.

Hay tres canes: Scarlet, Violet y Fanny. Sin embargo, los actores tuvieron que soportar durante un par de años un largo y sinuoso camino hacia la felicidad que ahora disfrutan.

La primera vez que Streisand vio la casa fue en 1984, cuando vivía en una finca al final del camino en el que pasaba la mayoría de los fines de semana. Ella mencionó que nunca disfrutó mucho de esa casa. Entonces, su corredor de bienes raíces le mostró una propiedad cerca del océano.

Streisand admitió que la fachada de la casa no era grandiosa porque era de un gris moderno, pero era “engañosa”. Cuando entró en la vivienda descubrió que tenía un “encanto rústico”.

La estrella de Broadway inmediatamente se enamoró de la casa y quiso comprarla. Desafortunadamente, no pudo hacerlo en aquel entonces y tuvo que esperar muchos años más antes de que finalmente pudiera llamarla hogar.

En ese momento, Streisand era propietaria de la finca en la que vivía. Su gerente le dijo que hasta que no la vendiera, no podría pagar la casa de la que se había enamorado.

También admitió que su novio en aquel entonces pensaba que la vivienda que amaba estaba demasiado cerca de un acantilado. Entonces decidió no comprarla.

“Estaba muy triste cuando descubrí que se la habían vendido a otra persona y que habían comenzado a renovarla”, contó la artista.

Su amor por la casa perduró

El amor de Streisand por la vivienda no se desvaneció con el tiempo. De hecho, nunca había dejado de pensar en el hogar de sus sueños que no había podido comprar. Confesó que tenía muchos sentimientos por esa casa.

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Aunque no había podido comprarla en aquel entonces, la artista seguía viviendo en la finca cercana y a menudo veía el lugar de sus sueños. Barbra dijo que la pareja dueña de la propiedad sabía que ella amaba esa casa.

“Me trepaba por la cerca y caminaba para ver qué estaban haciendo y suspiraba, literalmente suspiraba por esta casa que no compré”, agregó la cantante.

Algunos años después, su suerte cambió cuando la pareja propietaria de la vivienda la tuvo en cuenta mientras se preparaban para mudarse.

La artista incluso compró una vivienda que quedaba al lado del hogar de sus sueños. Streisand luego se hizo amiga de la pareja de ancianos propietarios de la casa.

La pareja luego se divorció y redujo el precio de la propiedad. Eso significaba que Barbra finalmente podía permitirse comprarla.

Ella reveló que cuando sus vecinos y amigos se mudaron, compró la vivienda con la idea de derribar esa y su casa de al lado para construir una más grande.

Streisand vio la casa por primera vez en 1984 y suspiró por ella durante 11 años hasta que finalmente pudo llamarla hogar en 1995. Dijo que estaba agradecida por la vivienda porque no tuvo que construirla ni elegir pequeños detalles.

La casa es perfecta

Es posible que la artista haya esperado mucho tiempo por su hogar, pero ha hecho que su vida sea hermosa en esa vivienda desde que se mudó hace casi 30 años. Dijo que la casa rendía homenaje a la artesanía.

Durante los primeros años, Barbra vivió allí con su esposo, James Brolin, y su perra en ese momento, Samantha. Desafortunadamente, la perrita falleció, pero dejó a Streisand con dos dulces cachorros.

La casa se encuentra en un gran terreno adornado con exuberantes jardines verdes. Una toma aérea de la propiedad revela el amplio jardín y la piscina en la parte frontal de la vivienda, ubicada frente al océano. El camino de entrada está en la parte trasera de la casa.

Para ayudarse a diseñar el interior de su hogar, Streisand estudió muchos libros y se inspiró en las cosas por las que se había sentido atraída mientras viajaba. También mencionó que le encantaba hacerlo.

La actriz afirmó que diseñar el interior fue como hacer una película; ella tenía un sueño y una visión para la casa. Podía ver lo que se vería bien en su cabeza y lo aplicaba en la vivienda. Ella confirmó que estaba feliz con los resultados.

La propiedad de Streisand se encuentra en 1,21 hectáreas y consta de cuatro edificios. La casa del molino, el granero, la "casa de la abuela" y la casa en la que viven ella y Brolin.

En la parte exterior agregó arroyos porque considera que el agua es un elemento relajante. Su razón para querer un granero era simple: ella encuentra que es un elemento básico de la cultura estadounidense. Ella tiene gallinas en su granero que ponen huevos.

Streisand tiene un estanque lleno de peces blancos y negros fuera del granero. Los colores de los peces se eligieron cuidadosamente porque Barbra sentía que eso debía complementar el borde blanco y negro del granero.

Además del agua que le permite sentirse en paz, la artista también tiene un espacio espiritual en su hogar. Streisand encuentra que las rosas son espirituales y, por lo tanto, caminar por el jardín de rosas de su propiedad es una experiencia espiritual.

La casa ha visto muchos momentos felices en la vida de la cantante y ha sido testigo del matrimonio duradero de Streisand con su esposo. En 2022, Ella y Brolin cumplieron 24 años de casados y todavía se mantienen fuertes.

Vida matrimonial de los actores

Barbra y James se conocieron en 1996 cuando tenían 54 y 56 años, respectivamente. Cada uno de ellos tiene hijos de un matrimonio anterior y fusionaron sus familias. Fue dos años después de conocerse que se casaron.

Dijeron “Sí, acepto” en la propiedad de Streisand. La pareja parecía exultante y hoy en día su unión se mantiene sólida.

En su discurso de boda, Brolin dijo: “Cada noche es una nueva aventura. Dormir es una pérdida de tiempo. No veo la hora de volver a verla por la mañana”.

Aunque la pandemia de COVID-19 fue brutal para muchos y algunas relaciones sufrieron por estar en cuarentena, Streisand confirmó que ella y Brolin no se vieron afectados negativamente.

La artista reveló cómo fue su relación con su esposo durante el período de confinamiento: “Nos hemos enamorado durante este período de tiempo, simplemente estando unidos todos los días y haciendo que funcione”.

Incluso después de todos los años y las muchas pruebas y tribulaciones que la pareja ha enfrentado durante su tiempo juntos, siguen tan enamorados como siempre. Así lo han expresado a través de sus páginas de redes sociales.

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Streisand todavía dice que Brolin es el amor de su vida. Los esposos ahora disfrutan de una nueva etapa en sus vidas: ser abuelos. Tienen nietos de sus hijos que siempre son bienvenidos a pasar tiempo con ellos en su hogar.

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