Papá vende su auto para alimentar a su familia: apenas puede contener las emociones al verlo en su patio de nuevo 15 años después

Un hombre se sorprendió cuando su familia le regaló el mismo coche que había tenido que vender hace 15 años. Se emocionó y apenas podía creer que fuera real.

Los padres hacen todo lo que pueden por su familia, incluso si eso significa dejar de lado sus deseos y sueños.

Denny tuvo un preciado Edsel Ranger blanco de 1959, con detalles en azul turquesa, que llevaba a la exposición anual de coches. Lo esperaba con impaciencia todos los años. Era la única actividad que le unía a su difunto hermano.

Un coche precioso con recuerdos especiales

Denny y su hermano trabajaron juntos en el carro y lo llevaron de paseo por todo el país. El vehículo albergaba muchos de sus recuerdos, así que, más allá de lo bonito que era, Denny apreciaba su valor sentimental.

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No solo Denny y su difunto hermano tenían recuerdos especiales del coche, sus hijos también. Su hijo contó que trabajó mucho en el carro con su padre y su tío cuando era niño, y sus hermanas recordaban haber dado paseos en él.

Pasear en el Edsel era una actividad que unía a la familia los fines de semana. Por desgracia, Denny no tuvo más remedio que venderlo para mantener a la familia en una época en la que la economía no iba bien.

Su única opción era venderlo

Durante ese tiempo, a la familia le costó mantenerse a flote y necesitó vender algunos de sus bienes para seguir viviendo cómodamente. Así que, aunque le rompió el corazón, Denny vendió su coche porque era lo que más dinero le iba a generar.

"Era su única opción", dijo su hijo.

A pesar de desprenderse físicamente del vehículo, Denny no quería que cayera en el olvido, así que enmarcó fotos del carro con su difunto hermano y las colgó en su despacho.

Años después, sus hijos seguían pensando en aquel precioso coche. Su hijo empezó a investigar para localizar el vehículo con la esperanza de que su propietario le permitiera recomprarlo.

Encontrando de nuevo al carro

En 2018, el hijo de Denny encontró el coche y se puso en contacto con su propietario. Desafortunadamente, el dueño no quería separarse de él y, en cambio, guardó la información del hijo de Denny y otros detalles en caso de que cambiara de opinión.

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Tres años más tarde, cuando el propietario del coche ya había fallecido, su mujer encontró una nota que había escrito sobre el coche y recordó su historia. Llamó al hijo de Denny y permitió que la familia le comprara el vehículo.

Sin dudarlo, el hijo reunió a su madre, hermanas, cuñados y esposa para que decidieran qué hacer. Para todos ellos fue sencillo: sabían que tenían que recuperar el coche para Denny.

Un regalo de cumpleaños especial

El cumpleaños número 67 de Denny, la familia reunió a los nietos del hombre para entregarles unas tarjetas especiales con pistas sobre su regalo. Cada tarjeta decía: "¿Podemos dar un paseo, abuelito?".

Denny pensó que le regalarían un cortacésped, pero para su sorpresa, detrás de él estaba el coche especial que una vez tuvo que vender, con un gran lazo encima. Se iba a llevar la sorpresa de su vida.

Antes de darse la vuelta, sus hijos le pidieron que leyera un par de cartas. En la última, le hicieron decir en voz alta:

"¿Puedo tener mi carro ya?".

Confundido, Denny preguntó a su familia: "¿Qué está pasando?". Luego miró hacia atrás, incrédulo, y vio su Edel en el garaje.

Sorprendido

Denny casi lloró al expresar: "Tiene que ser una broma". "¿Esto es un sueño o qué?", preguntó a su familia.

Todavía en estado de shock, caminó alrededor del hermoso coche para inspeccionarlo, todavía estupefacto por la sorpresa que nunca esperó. "Y ya está. Realmente esperaba un Kubota", bromeó.

Sin dejar de admirar el carro, Denny agradeció a su familia el regalo impagable que le habían hecho. Les dijo:

"¡Gracias a todos, pero esto es una locura!".

Un acontecimiento especial

Una de las hijas de Denny observó que el coche aún conservaba su peluche de dados, que había colgado en el espejo retrovisor hace años. "¡Ya está!", expresó al sentarse de nuevo en el interior de su viejo coche. Era una sensación demasiado familiar, y se dio cuenta enseguida de que era suyo por el interior del coche.

Arrancó el motor y se quedó sentado, para asimilar lo que acababa de pasar. Por fin había recuperado su vehículo. Su hijo recuerda que su padre estuvo en estado de shock durante varios días después de recibir su regalo especial, y no podían sentirse más felices de que disfrutara de su regalo.

Para Denny, el carro era algo más que un vehículo utilitario: era un banco de recuerdos, en el que ahora podía crear más recuerdos, esta vez con sus hijos mayores y sus nietos.

Ahora, el hombre lleva a sus nietos de paseo igual que hacía con sus hijos cuando eran pequeños. Los lleva a tomar un helado o de paseo por la ciudad. Denny también ha vuelto a asistir a varios salones del automóvil, como en los viejos tiempos.

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