Una mamá de ocho hijos se despierta tras una cesárea, ve horrorizada que ya no tiene piernas

Una mujer se despierta seis días después de someterse a una cesárea de urgencia completamente horrorizada tras descubrir que ya no tenía piernas. La decisión devastó a esta madre de ocho niños, que tuvo que pensar cómo criar a sus hijos estando en silla de ruedas.

El nacimiento de un hijo puede plantear muchas preguntas a las futuras madres, desde cómo se las arreglará el pequeño hasta lo tranquila o dura que será la experiencia del parto. En el caso de las madres con cesárea, se añade la preocupación de tener que someterse a una intervención quirúrgica mayor.

Son reacciones normales ante un momento que cambia la vida, y la mayoría de las madres salen de la experiencia llenas de alegría al ver a su recién nacido. Pero para una mujer, el nacimiento de su bebé supuso un cambio radical en su vida en 2016.

La experimentada mamá tuvo varios partos

Ella Clarke estaba completamente relajada cuando viajó al hospital a las 36 semanas para someterse a una cesárea de urgencia. Como madre de 7 hijos, ya sabía qué esperar y creía saber cómo se desarrollaría todo el proceso.

Ella dio a luz a su primer hijo a los 18 en un parto normal. Fue una experiencia de parto desagradable, lo que la llevó a optar por la cesárea en sus siguientes embarazos. Después de dar a luz a siete hijos, ya se consideraba una "profesional".

A diferencia de sus anteriores cesáreas electivas, la séptima (con su futuro octavo hijo) fue por razones médicas. Le diagnosticaron placenta previa, una afección en la que la placenta cubre parcialmente el cuello del útero, lo que significaba que la cesárea era inminente.

Parto por cesárea de urgencia

En el quirófano, Ella recuerda que le dijo a su marido, Ian, lo emocionada que estaba. Habían soñado con irse de vacaciones juntos, y todo iba a ocurrir muy pronto.

Los médicos tardaron 45 minutos en traer al mundo a su hija Winter Rose. La niña pesó más de dos kilos y medio y se la dieron a su madre para que la tocara con la piel.

Ella se dio cuenta de que las cosas no iban bien cuando de repente le quitaron a Winter Rose menos de un minuto después de haberla cogido en brazos por primera vez. Lo siguiente que oyó fue algo que sonó como un gran cubo de agua cayendo al suelo, tras lo cual los médicos le colocaron inmediatamente una mascarilla en la boca para dormirla.

Las cosas se complicaron rápidamente

Ese fue el último recuerdo de Ella antes de despertar del coma inducido cinco días después. Estaba en estado de shock cuando empezaron a explicarle lo sucedido.

Ella se enteró de que el chorro de agua que había oído era en realidad sangre que había perdido. Sufría una complicación conocida como placenta accreta, frecuente entre las mujeres que se han sometido a cesáreas consecutivas.

Tras descubrirlo, los médicos le hicieron una transfusión de sangre de urgencia para salvarla. También le practicaron una histerectomía, con la esperanza de que detuviera de algún modo la hemorragia.

La pusieron en coma inducido

Tras la operación, Ella entró en coma inducido y fue vigilada por los médicos de la unidad de cuidados intensivos. La controlaban cada hora, ya que la placenta accreta es una enfermedad conocida por provocar coágulos de sangre.

Sin embargo, Ella se enteraría más tarde de que, en algún momento, los médicos tardaron seis horas en controlarla. Para entonces, ya no le circulaba sangre por las piernas.

La llevaron inmediatamente al quirófano, donde los médicos intentaron restablecer la circulación. Por desgracia, ya era demasiado tarde, y los médicos tuvieron que encontrar la forma de impedir que las toxinas venenosas se extendieran de las piernas al resto del cuerpo.

Para salvar la vida de Ella, los médicos pidieron permiso a su marido para amputarle las piernas. Ian accedió siempre y cuando eso significara salvar la vida de su esposa.

Su vida cambió para siempre

La amputación duró ocho horas y Ella permaneció dormida un par de días más, hasta que por fin despertó. Cuando lo hizo, pensó que aún se estaba despertando de la cesárea y que era el momento de abrazar por fin a su niña.

Sin embargo, los médicos le revelaron toda la historia, lo que la dejó devastada. Al darse cuenta de la gravedad de la situación, dijo:

"Pasé de ser una madre activa a quedarme en silla de ruedas al instante. No podía parar de llorar".

Sus hijos mayores se vieron afectados

Mientras Ella trataba de hacerse a la idea de tener que vivir sin sus piernas, sus hijos mayores también se vieron afectados. Uno de ellos se negaba a mirarla sin una manta que le cubriera las piernas por miedo, mientras que su hija mayor empezó a tener malos resultados en el colegio.

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Toda la dinámica familiar de Ella cambió, pues ya no podía hacer actividades normales con sus hijos como antes. Ya no podía correr detrás de sus hijos, jugar con ellos en el parque ni cuidarlos como antes.

Tras culpar de su destino a la negligencia del personal del hospital, éste emitió una disculpa que no sirvió de nada a Ella, cuya vida quedó destrozada. El descuido del hospital cambió el curso de su vida para siempre, y eso es algo con lo que ella y su familia tendrían que lidiar el resto de sus vidas.

La gente se burlaba de ella

Para empeorar las cosas, hubo gente que respondió de forma poco amable a la difícil situación de Ella. En lugar de mostrar compasión, un comentarista grosero insinuó que la razón por la que Ella estaba tan abierta a tener tantos hijos era porque tenía beneficios y los contribuyentes mantenían a su familia alimentada. "Literalmente, no tengo palabras para este comentario", respondió Ella.

Otra persona se burló del hecho de que Winter Rose fuera el octavo bebé de Ella, diciendo: "Deberías haber intentado cerrar las piernas". A pesar de esto, la mamá no dejó ningún comentario sin respuesta, incluyendo este, diciéndole a la persona que debería haber mantenido la boca cerrada.

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A pesar de todo, Ella ha optado por ver el lado positivo de las cosas. Aunque ya no puede hacer ciertas cosas con sus hijos, le reconforta saber que todavía puede vivir una buena vida con ellos y aprovechar al máximo cada día.

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