Esposo héroe de 90 años se niega a abandonar a su esposa en silla de ruedas, atrapada en el porche de su casa en llamas

Arthur Schneider, de 90 años, llevaba una vida feliz como cuidador de su esposa, Rosemary, en silla de ruedas y madre de sus 9 hijos. Un día, su casa de toda la vida se vio de repente envuelta en llamas. El cariñoso esposo no dudó ni un segundo en librar al amor de su vida de un peligro mortal. Sin embargo, su porche se convirtió en un gran obstáculo.

Una pareja de ancianos quedó en una situación precaria cuando se desató un incendio en su casa, pero Arthur, de 90 años, hizo todo lo posible para intentar poner a salvo a su mujer, Rosemary, de 89 años.

En abril de 2015, Rosemary y Arthur estaban en su casa de Asheboro, Carolina del Norte, cuando estalló una tormenta. Poco después, se desató un incendio en la casa de la pareja, y Arthur tuvo que buscar la manera de salvar a su amada esposa.

Por qué Arthur es un "santo"

Rosemary y Arthur se habían conocido, casado y tenido nueve hermosos hijos que les dieron veinte nietos y dos bisnietos antes de que a Rosemary le diagnosticaran demencia y la enfermedad de Parkinson.

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Desde entonces, Arthur se convirtió en su cuidador y se ocupaba de todas sus actividades cotidianas. Su hija Bernadette confirmó que su padre lo hacía todo por su madre a diario. Reveló que lo único que su madre podía hacer sola era comer. Ella dijo:

"Mi padre es un santo. Le dije que iría directo al cielo por lo que ha hecho por ella los últimos dos o tres años".

Cuando estalló el incendio

La pareja pasó la mitad de su vida en su hermosa casa, donde criaron a sus hijos y las risas de sus nietos llenaban el aire.

Habían disfrutado de muchos años juntos después de que sus hijos crecieran y abandonaran el hogar familiar, pero todo se derrumbó a su alrededor una noche ocho años atrás, para horror de su familia.

La pareja llevaba 68 años casada cuando se desató el incendio en su casa, dejando a Rosemary, que utiliza una silla de ruedas, en grave peligro, e impulsando a Arthur a hacer todo lo posible por salvarla.

Intervención inmediata

En cuanto se declaró el incendio, Arthur se puso en marcha y pensó en lo que podía hacer al ver cómo las llamas devoraban su casa ante sus propios ojos.

Ese día, Rosemary estaba en su silla de ruedas en el dormitorio de la pareja, que estaba bastante lejos de cualquier salida. Arthur estaba atendiendo a su mujer cuando pensó que un rayo podría haber alcanzado el transformador y provocado el incendio.

Las alarmas de humo de la casa no paraban de sonar, y había tanto humo que Arthur dijo que no podía ver su mano delante de la cara. Sin embargo, consiguió salir de la casa con su esposa.

Arthur había empujado la silla de ruedas de Rosemary a través de la casa llena de humo hasta el porche. Pero cuando llegaron allí, se encontraron con los escalones de la entrada y se dieron cuenta de que no podían ir más lejos.

Sorprendiéndose a sí mismo

Arthur sabía que no podría levantar a Rosemary ni su silla de ruedas por las escaleras él solo, así que decidió correr hasta la casa del vecino, que estaba a un campo de fútbol de distancia.

Arthur admitió que no sabía cómo había conseguido correr tanto sin su bastón, sorprendiéndose incluso a sí mismo. Él reflexionó:

"Supongo que Dios nos da un poco de fuerza cuando la necesitamos".

Al poco rato, Arthur regresó con un vecino que se apresuró a ayudar a sacar a Rosemary del porche delantero y luego llamó al 911. Los bomberos de Asheboro llegaron al lugar poco después y confirmaron que había un incendio, pero declinaron hacer más comentarios.

Al explicar sus heroicos esfuerzos por salvar a su esposa del incendio que asoló su casa y lo que pensaba en ese momento, Arthur comentó: "Tenía que volver a por ella. Ella es parte de mí".

Las secuelas

La situación era traicionera tanto para Arthur como para su esposa, pero la pareja consiguió salir ilesa de la casa, para sorpresa de su familia, que no esperaba un desenlace tan bueno.

El yerno de la pareja, Tom Such, dijo que cuando lo llamaron esperaba encontrarse lo peor al llegar, pero se llevó una grata sorpresa al ver que ambos habían salido sanos y salvos de la casa. Él dijo:

"Sobrevivir a esto como lo hicieron, y realmente ilesos; es una especie de milagro, para ser honesto".

Aunque Rosemary no estaba en casa cuando Arthur fue entrevistado, lo describió como "su héroe y verdadero amor". Sin embargo, Arthur no se veía a sí mismo como un héroe y dijo que simplemente hizo todo lo que pudo para sacar a su esposa de casa. También creía que nada de lo que había hecho era excepcional.

Mientras tanto, Bernadette y su esposo trasladaron a Rosemary y Arthur a su casa después de que el incendio dañara el hogar que habían disfrutado durante la mitad de su matrimonio.

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Tras casi siete décadas juntos, le preguntaron a Arthur cómo habían aguantado a lo largo de los años. Dijo que pudieron hacerlo porque era un buen matrimonio que no podían permitirse perder.