Papá soltero cría solo a sus gemelos tras quedar paralítico y no poder hallar un amor duradero
Tras casi perder la vida en un incidente inesperado, un hombre soltero deseaba tener hijos. Estaba postrado en una silla de ruedas y no tenía a ninguna mujer en su vida cuando su deseo se hizo finalmente realidad de una forma en la que nunca había pensado.
La vida de Terry Pavlou dio un vuelco tras sufrir un aterrador accidente mientras reformaba una casa con su padre y sus hermanos en 2005.
Por aquel entonces, era un hombre de 29 años que nunca había imaginado pasar el resto de su vida en una silla de ruedas. No tenía idea de cómo cambiaría su vida a causa de un incidente inesperado.
A pesar de estar en silla de ruedas y de no tener suerte para encontrar pareja, Pavlou estaba decidido a ser padre. Quería tener hijos a pesar de saber que tardaría años en encontrar una mujer con la que compartirlos.
Desafiando todos los pronósticos, Pavlou vio su sueño hecho realidad cuando tuvo a sus gemelos en brazos por primera vez. Se había convertido en padre soltero de dos hijos a los 40, algo que unos años atrás le hubiera parecido imposible.
El día en que todo cambió
Cuando Pavlou, ebanista, fue a trabajar el 12 de julio de 2005, no sabía que sería la última vez que caminaría sobre sus pies. Estaba trabajando en una propiedad de Adelaida (Australia) cuando se encontró sepultado bajo una pesada pila de escombros.
Resultó que una de las paredes de la casa se derrumbó durante las obras y el hombre, que entonces tenía 29 años, quedó atrapado bajo ella. Mientras seguía atrapado bajo los escombros, Pavlou no tenía idea de que el accidente le había causado daños irreversibles en el cuerpo. Él recordó:
“Cuando quedé enterrado no podía respirar porque tenía los pulmones destrozados”.
Aunque Pavlou consideraba que su lesión era similar a haber sido golpeado por un bate de béisbol, los médicos que lo trataron más tarde en el hospital dijeron que “debería haber muerto a los diez minutos”.
Mientras estaba en rehabilitación, Pavlou se dio cuenta de que necesitaba ser padre.
Los hermanos y el padre de Pavlou lo habían sacado de entre los escombros antes de que llegaran los primeros intervinientes. Se dieron cuenta de que el accidente había dañado la médula espinal de Pavlou, pero no le dijeron nada. Sólo cuando abrió los ojos en la habitación del hospital supo que ya no podía caminar.
Pavlou confesó que el accidente “lo cambió todo”. En ese momento de su vida, tenía todo preparado para montar un negocio, encontrar pareja y tener hijos, pero el destino tenía otros planes.
Además de perder la capacidad de caminar, el accidente le rompió la arteria más grande del cuerpo, la aorta, lo que disminuyó considerablemente sus posibilidades de sobrevivir.
La vida después del accidente
El accidente le obligó a permanecer seis meses en el hospital mientras los médicos trataban sus múltiples lesiones. Durante este tiempo, Pavlou pasó por multitud de emociones porque le resultaba difícil aceptar que ya no podía caminar.
Cuando estuvo listo para la rehabilitación, Pavlou salió del hospital con una segunda oportunidad en la vida. Se incorporó a recuperación y más tarde probó el deporte por recomendación de un entrenador.
Mientras estaba en rehabilitación, Pavlou se dio cuenta de que necesitaba ser padre. Quería tener hijos, pero la idea de encontrar una pareja para ello no le sonaba demasiado bien. No quería “esperar a encontrar el amor”.
El joven estaba dispuesto a todo para cumplir su sueño de formar una familia. Deseaba tener a sus bebés en brazos y decirle al mundo que él era su padre, sin saber que la solución a su problema estaba a la vuelta de la esquina.
Tras sufrir una ruptura y plantearse su vida durante la rehabilitación, Pavlou decidió ser padre soltero mediante gestación subrogada. Sin embargo, aún le quedaba un largo camino por recorrer antes de poder sostener a sus bebés.
Mientras se informaba sobre la gestación subrogada, Pavlou se topó con un grupo de Adelaida que le habló de una clínica de Tailandia. Siguiendo su corazón, Pavlou se puso en contacto con la clínica y unos meses después se encontraba a miles de kilómetros de su país.
Empezó el proceso de FIV y la clínica lo llamó unas semanas después para darle buenas noticias. En el proceso se habían formado dos embriones y una mujer había aceptado ser la madre subrogada. Él contó:
“Estaba muy feliz, emocionado ante la posibilidad no de tener un hijo, sino de ser bendecido con gemelos”.
Con sus padres a su lado, Pavlou estaba emocionado por dar la bienvenida al mundo a sus gemelos. Tuvo que esperar 36 semanas, que le parecieron una eternidad, antes de conocer a sus hijos.
El 27 de marzo de 2015, Pavlou se convirtió en padre de gemelos a los 40 años. Por fin había convertido su sueño en realidad y estaba emocionado por pasar el resto de su vida criando a sus bebés. Él confesó:
“No creía en el amor a primera vista hasta que conocí a estos chicos de aquí”.
Un orgulloso padre de gemelos
A Pavlou le encanta pasar tiempo con sus bebés, Angel y Nicos. A pesar de su discapacidad, se las arregla para cuidar de ellos y siente que se han adaptado a sus limitaciones físicas.
Lo que más feliz hacía a Pavlou era escuchar a sus hijos llamarlo “papá”, porque siempre había deseado ser padre algún día.
Ahora, con 8 años, los gemelos han crecido y se han convertido en unos niños preciosos. Pavlou cuenta que desde los cuatro años ayudan en casa y entienden que su padre esté limitado a una silla de ruedas.
El orgulloso papá publicó una foto de sus gemelos el primer día de colegio. También compartió que habían comprado una finca en la que disfrutaban pasando el tiempo.
Los mellizos disfrutan jugando con su padre en casa porque les permite saltar sobre las camas y correr por la casa. Pero no sólo se divierten con su papá. Pavlou reveló que sus hijos aprendieron cosas nuevas al ver a su padre en silla de ruedas:
“Ser un padre en silla de ruedas ha enseñado a mis hijos a ser más independientes para su edad y a ser más cariñosos, creo”.
Criar a gemelos a pesar de tener limitaciones físicas le ha enseñado a Pavlou muchas cosas. Cuando se le preguntó qué consejo de paternidad daría, el padre de dos hijos dijo que todo lo que los niños necesitan es amor, cuidado y atención.
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Él está de acuerdo en que no poder participar en actividades físicas con ellos no afecta a su vínculo. Es el amor y la conexión emocional lo que mantiene fuerte su relación.
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