Hallan a dos hermanitos cubiertos de sangre en las calles de Wisconsin - Escapaban de una casa del "horror"

• Dos hermanos pequeños fueron encontrados cubiertos de sangre y suciedad vagando por las calles de Wisconsin tras escapar de las condiciones de vida inhumanas en su casa familiar.
• Los vecinos que los encontraron se horrorizaron al saber lo que les ocurría a los pequeños en la casa vecina, y se refirieron a todo el calvario como algo "sacado de una película de terror".
• Su madre publicó durante años en las redes sociales fotos que pintaban falsamente una historia de familia feliz.

Los vecinos de un vecindario de Milwaukee, Wisconsin, no daban crédito a lo que veían sus ojos cuando vieron a dos niños delirando por las calles de su comunidad, desnudos y completamente cubiertos de sangre y suciedad. Los dos niños, de 7 y 9 años, son hermanos y vivían en una casa de la calle que muchos vecinos habían pensado que ni siquiera estaba ocupada. Su madre, Katie Koch, de 34 años, y su novio, Joel Manke, de 38, los mantuvieron encerrados en la casa durante años.

Los vecinos descubrieron a los chicos el 17 de julio, cuando uno de ellos los vio saltar a su patio desde una ventana destrozada y tambalearse hasta la carretera. Otra vecina, Christine Eder, que vive enfrente de su casa, describió lo que presenció cuando vio a los pobres niños alejarse a trompicones de la casa que describió como habitualmente tranquila.

Mientras entrevistaba a los vecinos que presenciaron la trágica experiencia, un hombre reiteró que nadie en su calle sabía de la existencia de los chicos que vivían dentro de la casa hasta que escaparon. Él expresó:

"Me sorprendió mucho que hubiera dos niños viviendo en esa casa".

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El factor de conmoción experimentado por los vecinos no se detuvo ahí. Todos los vecinos quedaron aún más desconcertados y horrorizados al conocer las horribles condiciones en las que los niños se veían obligados a vivir.

Los pequeños eran obligados a vivir en condiciones inhumanas, recluidos en casa de su madre y su novio

CBS 58, que informó sobre la historia, entrevistó a Eder, que vigilaba a los dos niños mientras llamaba al 911. Todavía estaba conmocionada mientras procesaba la noticia. Aún no se había recuperado de lo que había presenciado:

“Parecía que nunca habían estado fuera, y si habían estado, hacía mucho tiempo. Caminaban de forma diferente, y su pelo parecía como si nunca se lo hubieran cepillado, nunca se lo hubieran cortado; no sabían que existía el exterior”.

La ayudante del fiscal Mallory Davis describió el horrendo estado del espacio en el que se mantuvo a los niños durante años. Los dos estaban confinados en su dormitorio la mayor parte del día, que sólo se podía cerrar y abrir desde fuera, y tenía las ventanas tapiadas. Toda la casa estaba llena de basura y desprendía un penetrante olor a orina y heces, que cubría todas las paredes.

También se encontraron montones de bolsas de basura fuera de la habitación en la que se alojaban los chicos, y montones de trastos llenaban todos los espacios de la casa hasta el punto de que los agentes que acudieron dijeron que no podían ver el suelo. Al hablar de las condiciones inimaginables en que vivían los niños, Davis declaró:

“Es realmente terrible. Parece sacado de una película de terror. Un niño testigo los describió como si actuaran como cavernícolas, como si nunca hubieran visto el sol”.

Koch, la madre de los dos niños, dijo a los agentes que sus hijos consiguieron escapar rompiendo una ventana, saltando a través de ella para caer sobre un aparato de aire acondicionado y huyendo después. Además, reveló que la vivienda había pertenecido a su novio, que vivía allí desde 2007, y que ella se mudó entonces con sus hijos hace cuatro años.

Al ser preguntada por el cuidado de los niños, Koch admitió que nunca los había llevado al médico ni los había escolarizado. En cambio, dijo que los había educado en casa.

La madre del niño publicaba fotos en las redes sociales que los presentaban falsamente como una familia feliz

Muchos se quedaron estupefactos y horrorizados al enterarse de las condiciones en que vivían los dos niños porque Koch había estado publicando fotos de ella, su novio y sus hijos en las redes sociales que los mostraban viviendo la vida de una familia normal y feliz. Una serie de imágenes compartidas en su cuenta de Instagram mostraban la celebración de Navidad, Halloween y una entrañable visita de la abuela de los niños.

Fotos de los niños de siete y nueve años disfrutando jugando en la nieve, horneando golosinas, haciendo viajes familiares por carretera e incluso celebrando cumpleaños pintaban una narrativa completamente diferente a lo que realmente estaba sucediendo. Koch llegó incluso a publicar homenajes a su pareja, Manke, llamándolo el mejor padrastro del mundo.

Sin embargo, no todo era lo que parecía. Tras conocerse la horrible verdad, los chicos fueron puestos inmediatamente bajo custodia protectora, donde recibieron tratamiento y tuvieron que afeitarse todo el pelo debido a la insuperable cantidad de heces adheridas en el interior de los folículos pilosos.

Trágicamente, como resultado de las acciones de su madre, han sufrido daños irreversibles. Los niños carecen de educación y ni siquiera saben ir al baño, por lo que son totalmente incapaces de desenvolverse con éxito en la sociedad.

Tanto Koch como Manke se enfrentan ahora a una serie de cargos por delitos graves y se les acusa de negligencia infantil y detención ilegal. Se fijó una fianza en efectivo de 30.000 dólares para Koch, que no tiene dinero para pagar, y la de Manke es de 6.500 dólares.

Con una vista preliminar prevista para el 26 de julio, si se les declara culpables de todos los delitos, la pareja se enfrentará a multas que ascienden a 120.000 dólares y a más de 40 años de cárcel. Además, la madre de los niños podría tener que pagar una cantidad añadida de 20.000 dólares y cumplir una condena adicional de 18 meses por dos delitos menores.

Todos los que han seguido la historia y los vecinos que fueron testigos de los impensables crímenes esperan que se haga justicia. Tras su detención e interrogatorio, los investigadores afirman que Koch admitió:

“La casa no es habitable, y sus hijos se merecen algo mejor”.

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A medida que se acerca la vista preliminar, Eder reveló que, tras el incidente, ella y su comunidad han empezado a reforzar sus esfuerzos por cuidarse mutuamente y ser más conscientes de su entorno. También dijo que se alegraba de que los niños recibieran ayuda y cuidados.

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