3 historias sorprendentes sobre personas que despertaron las sospechas de sus parejas — Resulta que no eran infundadas

Cuando unas señales sutiles empiezan a atormentar tus instintos, es difícil ignorar la sensación de que algo va mal. En estas tres historias reveladoras, las sospechas de la gente sobre sus parejas les llevaron a descubrir secretos que nunca imaginaron.

Todos queremos creer que la confianza es la base de cualquier relación, pero ¿Qué ocurre cuando los pequeños indicios apuntan a la traición?

En esta recopilación, leerás sobre tres personas diferentes cuyo comportamiento de pareja despertó sospechas. Desde un secreto guardado tras un anillo de pedida hasta el descubrimiento de una innegable marca de nacimiento, estas historias revelan cómo verdades ocultas cambiaron las relaciones para siempre.

1. Mi novio sólo hablaba con su madre cuando yo no estaba, así que decidí seguirle un día

Mi prometido, Shawn, era de lo mejor en muchos aspectos. Me mimaba, me traía flores y cuidaba de mí como nadie. Pero había algo que siempre me volvía loca.

Hablaba constantemente por teléfono con su madre cuando yo no estaba y nunca hablaba con ella delante de mí.

Me decía que su madre vivía en otra ciudad y que no se sentía cómoda viajando. Además, cambiaba de tema cada vez que le proponía ir en auto a su casa.

En el fondo, sabía que algo no iba bien, pero nunca pensé en ello hasta la noche en que me desperté y no lo encontré en la cama.

Debe de estar hablando con su madre otra vez, pensé mientras miraba por la habitación.

Como era de esperar, lo encontré hablando con su madre en el salón.

Necesito saber qué está pasando, pensé y me escondí detrás de la pared para escuchar su conversación. No tenía ni idea de que esto sólo me dejaría con ganas de saber más.

"¡Esto es demasiado!", dijo, asegurándose de hablar en voz baja. "¡No puedo seguir así!".

"¡Tienes que hacerlo!", resonó su voz desde el teléfono. "Es por tu hermana".

Shawn parecía estresado, frotándose la frente. "Lo entiendo, ¿pero esto? Esto es pasarse de la raya. Se acabó".

Podía sentir la tensión en su voz.

Entonces, su madre amenazó: "¿Ah, sí? Entonces, ¿Qué tal si le digo a tu encantadora prometida que le has estado ocultando cosas?".

¿Qué estaba ocultando? pensaba. ¿Quién era realmente esa mujer y por qué le amenazaba?

La forma en que aquella mujer hablaba con Shawn dejaba claro que no era su madre. Estaba segura de que me ocultaba algo, y tenía que averiguar la verdad.

Al día siguiente, seguí a Shawn cuando dijo que "iba a ver a su madre".

Se me aceleró el corazón mientras lo seguía hasta un barrio tranquilo. Se detuvo ante una casita, pero lo que ocurrió a continuación me dejó estupefacta.

En lugar de encontrarse con su madre, le recibió una mujer joven que le abrazó con fuerza. No era su madre en absoluto.

Esperé en el automóvil cuando entró.

Pronto vi a Shawn salir furioso de la casa. La mujer le siguió con lágrimas en los ojos.

¿Qué demonios está pasando aquí?, me pregunté.

Quería saltar del coche y enfrentarme a Shawn, pero no estaba segura de cómo reaccionaría. Así que decidí que hablaría con él de esto en casa.

Esa misma noche, Shawn estaba jugando con el móvil cuando me enfrenté a él.

"¿Quién es esa mujer que viste hoy?", le pregunté.

Su rostro palideció al levantar la vista.

"No es lo que piensas", dijo. "Confía en mí, nena".

"¿Ah, sí?" Puse los ojos en blanco. "Entonces, ¿Cómo justificarías el encuentro de hoy? ¿Cuándo te abrazó en la puerta de su casa y entraste como si fuera tu hogar? ¿Crees que soy tonta?".

Le mentí que había escuchado su conversación con aquella mujer, y fue entonces cuando lo confesó todo.

Admitió que la mujer era una exnovia que llevaba meses chantajeándolo. Le exigía dinero y utilizaba amenazas personales para manipularlo.

Incluso amenazó con contarle a su hermana todas las cosas terribles que había dicho de ella cuando estaban juntos.

Estaba furiosa, pero también aliviada por saber por fin la verdad.

"Tienes que poner fin a esta situación tóxica, Shawn", le dije. "O habremos terminado".

"Te prometo que arreglaré las cosas", dijo mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. "Te prometo que acabaré con esto".

Mirando atrás, me alegro de haber confiado en mis instintos. Este incidente me enseñó que si algo no parece correcto, probablemente no lo sea.

No sé si estoy contenta de cómo aprendí esta lección. Creo que el destino podría haberme puesto en una situación menos dolorosa.

2. Una mujer se da cuenta de que su hombre la ha traicionado en el momento en que le propone matrimonio

Aún recuerdo lo perfecta que fue aquella noche. Daniel, mi novio desde hacía tres años, me había llevado a un restaurante elegante con la puesta de sol más hermosa como telón de fondo.

Nos reímos, hablamos y todo parecía perfecto hasta que, de repente, se puso nervioso.

Se acercó al otro lado de la mesa, me cogió la mano y me dijo: "Emma, he sido tan feliz contigo. Quiero que siempre estemos juntos".

Antes de que pudiera procesar lo que estaba pasando, sacó un anillo y me preguntó: "¿Quieres casarte conmigo?".

Los comensales que nos rodeaban nos miraron, pero me sentí incómoda cuando mi mirada se posó en el anillo. Me resultaba familiar. Demasiado familiar.

"Daniel, es precioso", conseguí hablar, esforzándome por ocultar mis dudas.

¿Dónde había visto antes este anillo?, pensé.

"¿No estás contenta?", preguntó él, percibiendo la tensión.

Enderecé la espalda y sonreí. "Eh, no, yo... Todo esto es muy repentino, ¿sabes? Necesito tiempo para pensar".

Daniel me devolvió la sonrisa. "Tómate todo el tiempo que necesites, Emma. Sólo quiero que seas feliz".

Pero la felicidad fue lo último que sentí.

Al día siguiente, no podía deshacerme de la extraña sensación sobre el anillo. Así que decidí revisar las viejas fotos de Daniel en Facebook, porque era allí donde creía haber visto el anillo. Y estaba en lo cierto.

Encontré una foto de su ex, Sophie, con el mismo anillo. Le había pedido matrimonio con él.

Me enfrenté a Daniel cuando llegó a casa aquella noche.

"Este anillo... se lo diste a Sophie, ¿verdad?".

Dudó antes de admitir: "Sí, pero es una reliquia familiar. Se lo regalé a Sophie y me lo devolvió cuando rompimos. No se trata de ella, Emma. Se trata de ti y de mí".

Me sentí traicionada. Nunca me había dicho que había estado prometido con Sophie. Y ahora me preguntaba qué más no me había dicho.

Al día siguiente, las cosas empeoraron. Mi amiga Lena me llamó para decirme que hacía poco había visto a Daniel con Sophie.

"Fue sólo un encuentro casual, Emma. No significó nada", me explicó Daniel por teléfono cuando me enfrenté a él enseguida.

"Tengo la sensación de que me ocultas cosas", le dije.

"Confía en mí, Emma", respondió. "Te quiero y quiero pasar el resto de mi vida contigo. Sophie está en el pasado, ¿vale?".

"Hmm..."

"Mira, ahora mismo tengo que asistir a una reunión importante. Hablaremos de esto cuando llegue a casa".

Quería creerle, pero mi instinto me decía que algo iba mal. Aquella noche, Daniel no volvió a casa a la hora prevista.

Le oí entrar en la habitación a medianoche, y tenía demasiado sueño para preguntarle dónde estaba.

No pensé mucho en ello hasta que recibí un mensaje de Lena por la mañana.

Sé que puedes pensar que intento destruir vuestra relación, pero no podía guardarme esto para mí, Emma. Anoche le vi con una mujer.

Adjuntó una foto de Daniel con una mujer. Estaban demasiado cerca y parecía que estaba a punto de besarla.

"Vamos, Emma", dijo Daniel cuando me enfrenté a él más tarde esa noche. "Es una clienta nueva y sólo intentaba que se sintiera cómoda, ¿vale?".

Justo entonces sonó su teléfono. Lo cogió, pero lo mantuvo boca abajo.

"S-sólo una clienta", tartamudeó. "Atenderé la llamada más tarde".

Su lenguaje corporal era suficiente para decirme que mentía.

"Contesta", le exigí. "Contesta, ahora".

En ese momento, parecía que Daniel había visto un fantasma. "Yo... responderé más tarde".

Nunca olvidaré la expresión de su cara cuando contesté a la llamada y la puse en el altavoz.

"Hola, bebé", la seductora voz de una mujer resonó en la habitación. "Te he echado mucho de menos. ¿Dónde has estado? Estoy deseando verte mañana".

Sentí que las mejillas me ardían de rabia mientras terminaba la llamada y tiraba el teléfono al sofá. La verdad estaba clara. El hombre al que más quería me había estado mintiendo todo el tiempo.

Terminé con él allí mismo y me fui de su casa a la mañana siguiente. Ahora me siento más feliz estando soltera que viviendo con un hombre en el que nunca pude confiar.

3. Vi una marca de nacimiento en el cuerpo de mi sobrina y me di cuenta de que mi Esposo es un Infiel

El día empezó como cualquier otro, sentada bajo el cedro con la pequeña Sofía en brazos. Era hija de mi cuñada Fiona, pero mi amor por ella era profundo.

Cuando conocí a mi marido, David, me había pintado un cuadro triste de su familia distanciada y alejada. Me dijo que hacía siglos que no veía a su hermana Fiona.

Ni siquiera asistió a nuestra boda.

Por eso, cuando Fiona se mudó a nuestro barrio hace unos meses, me alegré mucho por David. Sabía que tenía mucho que contarle después de tantos años viviendo separados.

Pasaban horas juntos, y nunca me molestó, hasta el día que fuimos de picnic.

Mientras cambiaba el pañal de Sofía en el parque, me fijé en una marca de nacimiento que tenía en la espalda.

Me dio un vuelco el corazón al darme cuenta de que era superidéntica a la que tenía David en la espalda. De hecho, estaba justo en el mismo sitio.

¿Podría ser?, pensé. ¿Podrían ser él y Fiona?

La cercanía entre Fiona y David me pareció sospechosa de repente. ¿Pasaba algo entre ellos?

Me guardé mis pensamientos y continué el día como si no pasara nada. Pero aquella noche, más tarde, mis ojos no pudieron evitar fijarse en la marca de nacimiento de David cuando salió de la ducha.

Se me revolvió el estómago al darme cuenta de que era igual que la de Sofía.

Al día siguiente, decidí hacer algo con respecto a mis sospechas. Recogí en secreto muestras de la saliva de Sofía y del pelo de David.

Mi mente daba vueltas a las posibilidades mientras conducía hacia el laboratorio con las muestras de ADN. ¿Podrían Fiona y David haber tenido un hijo juntos? ¿Era realmente su hermana?

Tenía que esperar unas dos semanas a los resultados, pero las conversaciones de Fiona y David me impacientaban. Todo lo que decían aumentaba mis sospechas.

Una noche, entré en el salón mientras hablaban del futuro de Sofía. No pude soportarlo más.

"¡Dime la verdad! Sofía es tu hija, ¿no?", grité, con lágrimas en los ojos. "Ni siquiera intentes negarlo. Vi la marca de nacimiento en tu espalda y en la de Sofía".

"¿Qué rayos, Carmen?". David me miró. "¿De qué estás hablando?".

"¡Dime la verdad!", exigí.

"Escucha, Carmen", interrumpió Fiona. "Lo estás entendiendo mal. La marca de nacimiento..."

"¿Por qué nunca hablas de tu marido?". La interrumpí. "¿Dónde está el padre de Sofía? ¿Está aquí mismo, en esta habitación? Ya he hecho una prueba de ADN y averiguaré la verdad".

"Cálmate, por favor", dijo Fiona. "Deja que te enseñe algo".

Se levantó la camisa y me enseñó su propia espalda. Allí, en su piel, estaba la misma marca de nacimiento.

"Es un rasgo familiar", explicó suavemente. "Sofía no es hija de David. Su padre era un soldado que murió antes de que ella naciera".

No puedo explicar lo culpable y avergonzada que me sentí en aquel momento. Había sospechado lo peor y eso me había llevado por un camino del que me arrepentía. Pero necesitaba saber la verdad.

Cuando llegaron los resultados del ADN unos días después, confirmaron que David no era el padre de Sofía. Me sentí tan tonta por haber dudado de él.

Al final, me disculpé tanto con David como con Fiona. Nos abrazamos y prometí confiar más en ellos.

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Esta obra está inspirada en hechos y personas reales, pero se ha ficcionalizado con fines creativos. Se han cambiado nombres, personajes y detalles para proteger la intimidad y mejorar la narración. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia y no es intención del autor.

El autor y el editor no garantizan la exactitud de los acontecimientos ni la representación de los personajes, y no se hacen responsables de ninguna interpretación errónea. Esta historia se proporciona "tal cual", y las opiniones expresadas son las de los personajes y no reflejan los puntos de vista del autor ni del editor.

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