Este hombre fue un famoso cantante de los 80 que dejó de hacer giras a causa del Parkinson – Un vistazo a su vida familiar

Es una leyenda de la música cuyas sentidas letras y cautivadoras melodías conmovieron a millones de personas en todo el mundo. Pero tras las brillantes luces de la fama se escondían retos personales, desamores y una vida alterada para siempre por la enfermedad.

Nacido en Brooklyn, Nueva York, esta futura estrella era un niño brillante y ambicioso, con facilidad para los estudios. Criado en el seno de una familia judía muy unida, destacó en la escuela y cursó estudios superiores, matriculándose en la Universidad de Nueva York para estudiar medicina.

A pesar de sus inquietudes intelectuales, su corazón anhelaba algo totalmente distinto. La música siempre había sido su pasión y, con el paso del tiempo, quedó claro que era algo más que un interés pasajero: era su vocación.

Dejando atrás un prometedor futuro en la medicina, el cantante eligió el impredecible, pero estimulante camino de músico, una decisión que cambiaría su vida para siempre.

Su talento y dedicación dieron sus frutos y su carrera despegó. Empezó como compositor y pronto obtuvo reconocimiento por su capacidad para crear letras profundamente emotivas y cercanas.

En poco tiempo, su voz suave y su estilo único le llevaron a ser el centro de atención, ganándose seguidores en todo Estados Unidos y, finalmente, en todo el mundo.

En la década de 1980 era un nombre muy conocido, con canciones de éxito como "Cherry, Cherry", "Solitary Man" y "Song Sung Blue", que resonaron en varias generaciones y consolidaron su lugar como uno de los intérpretes más emblemáticos de su época.

Sin embargo, la fama tenía un coste. Con giras internacionales y exigentes programas de grabación, a menudo permanecía lejos de casa, separado de las personas que más quería.

Reflexionando sobre aquellos años, el famoso cantante admitió: "Siempre había lágrimas. Los niños lloraban. Mis esposas lloraban. Yo lloraba. [...] Todavía ando por ahí con un sentimiento de culpa porque les dejé más de lo que debía, pero el trabajo lo requería".

Primero estuvo casado con su novia del instituto, Jayne Posner, con la que tuvo dos hijas, Marjorie y Elyn. Aunque su historia de amor empezó en su juventud, las presiones de la fama y los viajes constantes acabaron siendo demasiado, y su matrimonio terminó.

Más tarde se casó con Marcia Murphey, la madre de sus hijos, Jesse y Micah. A pesar de su profunda conexión, esta unión también acabó en divorcio. Tras su segundo divorcio, el cantante de "Sweet Caroline" evitó el matrimonio durante casi dos décadas. "Así de asustado estaba de involucrarme [...]", confesó.

Reflexionó sobre sus relaciones pasadas: "Tuve todas las oportunidades posibles de hacerlo bien. Ambas son mujeres espectaculares. Sentí que si no podía hacer que ocurriera algo maravilloso y para toda la vida con ellas, entonces quizá no era capaz de hacerlo".

Y continuó: "Pero vuelvo a lanzarme porque me gusta estar casado. No quiero terminar todo este fabuloso viaje solo. [...] Por fin he encontrado a alguien que está a la altura de ser mi esposa, porque soy muy exigente".

Cuando le preguntaron en una entrevista a qué se refería con "alto mantenimiento", la estrella explicó: "Bueno, cuando necesito a mi mujer o cuando necesito compañía o alguien con quien hablar, la necesito, como, ahora. [...] Y del mismo modo, yo atendería a la suya. No es algo tan fácil de hacer".

A pesar de sus dudas y temores, volvió a encontrar el amor con Katie McNeil, una mujer que le aportó alegría y estabilidad. En 2011, el cantante compartió la feliz noticia en X, antes Twitter.

Escribió en parte: "Buenas noticias desde la soleada Los Ángeles [...] Katie y yo acabamos de comprometernos [...]". Los dos se casaron al año siguiente, y ella ha estado a su lado desde entonces, apoyándole en los altibajos de la vida.

Enfrentarse al Parkinson con Grace y su familia a su lado

El célebre intérprete, cuya carrera abarcó décadas e incluyó diez sencillos nº 1 como "Cracklin' Rosie" y "You Don't Bring Me Flowers", reveló en 2018 una noticia que le cambió la vida.

Tras vender más de 130 millones de discos en todo el mundo y construir un legado sin parangón, anunció su diagnóstico de enfermedad de Parkinson, un trastorno neurológico progresivo que le obligaría a retirarse de las giras.

La revelación marcó el final de una era. Su sitio web oficial explicaba: "La aparición de la enfermedad ha dificultado los viajes y las actuaciones a gran escala [...]".

La estrella añadió: "Con gran reticencia y decepción anuncio mi retirada de las giras de conciertos. Ha sido un gran honor llevar mis espectáculos al público durante los últimos 50 años".

Expresó su sincera gratitud: "Mi agradecimiento a mi público fiel y devoto de todo el mundo. Siempre tendréis mi aprecio por vuestro apoyo y aliento. Este viaje ha sido 'tan bueno, tan bueno, tan bueno' gracias a vosotros".

La decisión de abandonar el escenario no fue nada fácil para el intérprete, que había prosperado bajo los focos durante gran parte de su vida. "De acuerdo, esta es la mano que Dios me ha dado, y tengo que sacar lo mejor de ella, y así lo estoy haciendo. He llegado a aceptar las limitaciones que tengo y sigo teniendo días estupendos", compartió.

Reflexionando sobre su época de actuaciones, comentó: "Es el punto culminante de la carrera de un artista cuando te subes al escenario y te pones delante de tu público, sobre todo de gente que te ha sido leal y te ha querido durante años."

Sin embargo, la imprevisibilidad de la enfermedad de Parkinson, que afecta tanto a la movilidad como a la coordinación, hacía imposibles los largos meses de viaje que requerían las giras.

Tom Hensley, miembro durante mucho tiempo de la banda de gira del cantante, explicó: "Es difícil actuar porque nunca se sabe, y es demasiado caro cancelar un concierto".

Compartir su diagnóstico fue un momento profundamente personal para el cantante, que admitió: "Que te descubran es lo más aterrador que puedes esperar, porque todos tenemos una fachada."

En este capítulo de su vida, Neil Diamond, que ahora tiene 83 años, encontró nuevas formas de valorar lo que más le importaba. Aunque ya no podía dominar el escenario, dedicó su energía a su familia, que siempre había sido una parte central de su vida.

Neil es ahora abuelo, pues su hijo Jesse tiene un hijo llamado Elijah. El nieto del cantante es un modelo que a menudo comparte sus propias aventuras en su página de las redes sociales. "Qué guapo", comentó un usuario de las redes sociales en una de sus publicaciones.

"Te pareces tanto a Neil", compartió otra persona, mientras que una tercera escribió: "Vaya, eres tan guapo". Por otra parte, el padre de Elijah ha dado a los fans destellos de la vida de su familia.

En agosto de 2023, Jesse compartió fotos en Instagram de la familia Diamond disfrutando de una acampada con Neil al frente y en el centro. Los fans no tardaron en comentar lo bien que seguía estando, un testimonio de su espíritu perdurable.

Las giras de Neil eran siempre un asunto familiar, con sus hijos y su esposa animándole desde las alas. Como reveló Julia Waters, miembro de la banda desde hacía mucho tiempo: "Le encanta la familia, así que toda nuestra organización es como una gran familia".

Ese amor se ha trasladado a sus días fuera del escenario, donde ahora disfruta de los momentos tranquilos y de la compañía de sus seres queridos. Reflexionando sobre su edad hace más de una década, Neil comentó: "Definitivamente no me siento como si tuviera 71 años. Me siento como cuando tenía entre 30 y 40 años. El cuerpo envejece. La mente no".

Sin embargo, los cambios en su vida también le han traído momentos inesperados de claridad. "De algún modo, se ha instalado una calma [en] el huracán de mi vida, y las cosas se han vuelto muy tranquilas", reflexionó.

"Me gusta. Creo que me gusto más a mí mismo. Soy más tolerante con la gente. Soy más fácil conmigo mismo. Y el ritmo continúa, y continuará mucho después de que me haya ido", añadió.

Aunque sus días de gira han quedado atrás, Neil Diamond sigue inspirando, no solo con su música, sino también afrontando los retos de la vida con gracia, humildad y un renovado aprecio por la gente que le rodea.