Pareja de ancianos estuvo casada por 66 años. Un día se suicidan juntos
Después de vivir juntos durante 66 años, los Emerick decidieron morir legalmente con asistencia médica. Su caso fue documentado en detalle para ayudar a las personas a pensar sobre su derecho a elegir cómo morir.
Charlie y Francie Emerick eran una pareja de ancianos que vivieron sus últimos años en Portland, Oregon. Estuvieron casados por 66 años y tuvieron tres hijas antes de su decisión de morir juntos en un suicidio asistido.
Charlie tenía 87 años al momento de su muerte. Era un médico respetado en oídos, nariz y garganta. La exitosa carrera de Charlie hizo que la pareja se mudara de una ciudad a otra, e incluso a un país muy lejano. Francie, por otro lado, tenía 88 años cuando falleció.
Como reportó Time, Francie y Charlie se conocieron como estudiantes universitarios en Nebraska. Se casaron el 4 de abril de 1951. La década de los 60 fueron años de aventuras para los dos, ya que pasaron un tiempo considerable trabajando como misioneros médicos en la India.
En 2017 los Emerick, ambos siendo enfermos terminales, murieron con apenas una hora de diferencia tras calificar para que se les aplicase la Ley de Muerte con Dignidad del Estado de Oregon. Cabe destacar que este fue el primer estado en legalizar la muerte asistida hace dos décadas.
La pareja estuvo entre las 143 personas que recibieron asistencia legal para terminar sus vidas por decisión propia, en 2017. Aparentemente, también fue la única pareja conocida que tomó las dosis letales de medicamentos al mismo tiempo.
Casi 1.300 personas han muerto por su propia voluntad en Oregon desde que la ley entró en vigor en los últimos meses de 1997.
Charlie sufría de cáncer de próstata y de Parkinson desde hacía años. Francie tenía un corazón muy debilitado y sufrió varios ataques cardíacos. Ambos estaban convencidos de que todas las personas deberían tener el derecho de decidir cuándo y cómo morir.
Las opiniones progresistas de los Emerick sobre la muerte aún pueden ser impactantes para muchas personas. Ellos ni siquiera tuvieron un funeral porque decidieron donar sus cuerpos a la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon.
Ambos creían que una vez que morimos, no tiene sentido mantener ningún apego a nuestros restos. Siempre se apegaron a sus deseos y creencias, a pesar de la oposición de sus familiares a sus ‘locas’ ideas.
La pareja se encargó de que su proceso quedase documentado. Luego, fue titulado Living & Dying: A Love Story (Viviendo y muriendo: Una historia de amor, en español)
"Tenemos un ideal que dice que la vida no debe ser adorada", dijo Francie en el documental que aún no ha sido estrenado. "Lo que cuenta es la calidad de vida", concluyó.