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Sacerdote mexicano es condenado a 63 años de prisión por abusar sexualmente de niños

Además de abusar de menores durante varios años, les tomaba fotografías y las compartía en una red de pornografía infantil.

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Carlos López Valdés, un sacerdote de la Ciudad de México, fue sentenciado a 63 años de prisión tras ser encontrado culpable de abusar sexualmente de un hombre cuando era menor de edad, informó Debate.

La condena que recibió el cura es histórica, ya que es la primera en México. El nombre de la víctima es Jesús Romero Colín, actualmente de 33 años de edad, quien siendo menor de edad fue abusado sexualmente durante más de una década por el sacerdote, ahora de 72 años de edad.

“No podía creerlo”, dijo a la prensa Romero Colín al acusar a la iglesia católica mexicana de haber desestimado su denuncia. Los abogados del joven y Cencos preparan ahora una querella contra la Iglesia católica para obtener una indemnización.

A sus 11 años, cuando era monaguillo en 1994, Jesús Romero fue víctima de abuso sexual por parte del sacerdote hasta 1999. Las violaciones ocurrieron en la casa que el cura tenía en Cuernavaca y en la Parroquia de San Agustín de las Cuevas, en Tlalpan, de donde era párroco.

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La víctima manifestó lo siguiente a El País:

“Un día le pidió permiso a mis papás para que me dejaran pasar un fin de semana con él. Al anochecer me pidió que me acostara con él a pesar de que había dos recámaras más”.

“Sentí algo muy raro el que yo fuera a dormir con un sacerdote en la misma cama, era como si yo no pudiera compartir ese lugar, que a pesar de estar fuera de la parroquia estaba, al menos para mí, impregnado de algo sagrado”.

“Yo me puse mi pijama para dormir, pero él me dijo que eso era antihigiénico, que me la quitara. Obedecí con mucha pena, ya que nunca había estado desnudo delante de alguien que no fuera mi mamá”.

El cura, que acaba de ser sentenciado, no solo abusaba de sus monaguillos y otros niños, sino que también les tomaba fotografías para intercambiarlas en una red internacional de pornografía infantil.

"Pasó poco tiempo para que el sacerdote Carlos López Valdés aprovechara su posición para abusar de mí, sexual, física, espiritual y psicológicamente. El terreno fue fértil en mi contra y los abusos continuaron durante 5 años”, expresó Romero para Proceso.

“Podría tratar de explicar todas las causas por las cuales permití que continuaran; sólo mencionaré algunas palabras que lo pueden definir: miedo, culpa, confusión, misión, deuda, dolor, pérdida y estar fuera de sí mismo", agregó.

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Romero Colín manifestó lo siguiente en una entrevista plasmada en el libro ‘Prueba de fe: la red de cardenales y obispos en la pederastia clerical’, escrita por los periodistas Raúl Vera López y Sanjuana Martínez:

“Él tenía un arsenal de fotografías pornográficas. A él le gustaba hacerse fotos cuando abusaba de los niños. También le gustaba tomarles fotos a los niños desnudos. Tenía miles de fotos en su computadora”.

“Cuando dejé la iglesia pude sacar sólo un disco, pero tiene cientos de discos. También tenía fotos en memory stick”.

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La periodista Sanjuana Martínez reveló que cuando Jesús salió de la iglesia se llevó un disco que contenía más de 70 imágenes. Dichas fotos fueron las pruebas que inculparon al sacerdote.

En ellas se podía observar a Carlos López Valdés fotografiándose desnudo o con ropa erótica, en posiciones explícitas de manera exhibicionista.

También se mostraban fotos de niños durmiendo y durante el abuso sexual, todas ellas fueron tomadas en cuartos, salas, cocinas, patios, albercas, etc.

“El padre Carlos, además de pederasta es pornógrafo. Su vida transcurría entre abusos sexuales, material pornográfico y Dios. Él en la mañana me masturbaba, salía, daba misa y las señoras le besaban la mano”.

“¿Qué pensaría él? Que es omnipotente, que nunca ha hecho mal. La misma gente fomenta a estos sacerdotes, las mismas autoridades que no hacen nada, el gobierno que lo sabe y permanece en silencio sin actuar”, expresó Jesús en el libro antes mencionado.

Las imágenes fueron enviadas por internet, según la Interpol existen más de cuatro millones de zonas que contienen este tipo de material y los ministros de culto no están exentos.

Jesús afirmó que, tras denunciar este caso en enero de 2015, el Papa Francisco envió una carta de su puño y letra a Jesús, ofreciéndole una sincera disculpa en nombre de la iglesia por lo ocurrido con el sacerdote.

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La misiva fue escrita con un plumín azul sobre una tarjeta de papel opalina color blanco de 15.5 por 11 centímetros, en la que el sello del Estado de la Ciudad del Vaticano luce impreso en azul marino en la esquina superior izquierda. La tarjeta está fechada en el Vaticano, el 19 de julio de 2013.

El Papa Francisco redactó la carta tres meses después de haberse convertido en el primer pontífice del continente americano. El escrito dice lo siguiente:

"Sr. Jesús Romero Colín: Tengo recibida su carta. Con dolor, vergüenza, la releí y también con los mismos sentimientos la respondo. Perdón en nombre de la Iglesia, así con sencillez se lo pido”.

“No me sale otra palabra. Rezo por usted y por todos los que pasaron por ese martirio. Quiero estar cercano. En usted, y en los que han sufrido lo mismo, veo la cara de Cristo ultrajada”.

“Estoy a su lado y, por favor, le pido que rece por mí. Que Jesús lo bendiga y la Virgen Santa lo cuide. Fraternalmente, Francisco”.

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