Marido rompió el corazón de su esposa con 4 sencillas palabras después de la luna de miel
Nada es mejor remedio que la risa, y unas cuantas carcajadas cuida tu salud física y mental. Hoy te traemos un poco de humor para alegrarte el día.
Una joven pareja se casó y decidió tomar un crucero para disfrutar de su añorada luna de miel. Todo fue perfecto, tuvieron una boda de ensueño y una luna de miel insuperable.
Ella estaba feliz y complacida de lo maravilloso que la había pasado durante esos días, en compañía de su amado y complaciente esposo.
Sin embargo, todo cambió de un momento a otro. Al regresar del paraíso, el hombre soltó cuatro simples palabras que la hicieron querer huir de su casa para no querer regresar jamás.
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La recién casada llamó inmediatamente a su madre, que vivía a tres horas de distancia, en busca de consuelo. "Hola cariño, ¿todo bien?", preguntó su madre, "¿Cómo estuvo tu luna de miel?".
"Fue maravillosa y muy romántica. Nos lo pasamos genial", dijo la recién casada. "Pero tan pronto como llegamos a casa él comenzó a usar un lenguaje realmente horrible. Cosas que nunca había escuchado antes"
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"¡Cuatro palabras realmente horribles! Tienes que venir a buscarme mamá... Por favor”. Su madre, ya muy preocupada, le dijo: "Cálmate cariño, y dime ¿qué podría ser tan horrible? ¿Qué palabras?".
En segundos, la chica no pudo contener sus emociones y comenzó a llorar por teléfono. Estaba muy avergonzada de decirle a su madre sobre eso.
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"Son demasiado horribles. ¡Por favor, ven a buscarme!", le pedía con mucho desespero. Al parecer, ella sintió que su cuento de hadas y vida perfecta había llegado a su fin.
"Pero cariño, ¿qué te dijo? Soy tu madre, tienes que decirme qué te preocupa", insistió su madre.
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En ese momento, en pleno desahogo, ella le respondió:
"Oh, mamá... Palabras como: ¡Lava, plancha, limpia, cocina!".
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Así pues, llegó a la realidad. El matrimonio va más allá de besos y paseos. Se trata también de responsabilidades, deberes y quehaceres del hogar y al parecer a esta chica nadie le había advertido sobre ello.
Dicen que la risa es la mejor medicina, pero para nosotros, es el azúcar que endulza nuestros días. Una buena carcajada aleja la tristeza y la depresión. ¡Todos necesitamos una sonrisa de vez en cuando!