Las mujeres y los hombres tienen una comprensión diferente de 'romance'

Aunque ambos lo disfrutamos, pareciera que el romanticismo está hecho solo para las mujeres. Los hombres son más toscos, elementales y prácticos, y menos propensos a ver corazoncitos volando.

El romanticismo en los hombres puede medirse con lo que ese oso peludo ve en el cine: generalmente películas de acción, terror, aventuras o deportes. A las chicas les agrada más, a veces hasta las lágrimas, las comedias románticas y los melodramas tormentosos.

Esa diferencia de percepción ha sido tema de muchos chistes, e incluso hay páginas especializadas en ellos, que reflejan la usual sequedad del sexo masculino a la hora de abordar las relaciones, al contrario que las mujeres, que se van más a los sentimientos.

Como muestra, hoy les ofrecemos estos cuatro chistes relacionados con el romanticismo, que seleccionamos de Readers Digest:

1. ¿Para la señora?

A pesar de que había una tormenta de nieve afuera, llegué a la panadería, donde le pedí al dueño seis panecillos.

"A su esposa le deben gustar los panecillos", dijo.

"¿Cómo sabes que son para mi esposa?", le pregunté.

"Porque tu madre no te enviaría a un clima como este".

2. Años de romance

Poco antes de nuestro 25º aniversario de bodas, mi esposo me envió 25 rosas amarillas de tallo largo a mi oficina. Unos días más tarde, arranqué todos los pétalos y los sequé. En la noche de nuestro aniversario, extendí los pétalos sobre la cama y me puse encima de ellos, usando solo un negligé.

Como esperaba, recibí una reacción de mi esposo.

Cuando me vio, gritó: "¿Son esas papas fritas?"

3. Tomando turnos

Escena: Mi línea de pago en el supermercado.

Yo: ¿papel o plástico?

Cliente: me gustaría papel con doble bolsa, y me gustaría que hagas que cada bolsa sea lo más pesada posible.

Yo: Bien.

Cliente: En caso de que se lo pregunte, tuve una pelea con mi esposa, y es mi turno de recoger las compras.

Yo: Uh-huh.

Cliente: También es su turno de descargar el automóvil.

4. A la medida

Mi esposo y yo no pudimos decidir qué chaqueta comprar a nuestra nieta, así que le preguntamos al joven vendedor.

"Si estuvieras comprando una chaqueta para tu novia", le dije, "¿qué buscarías?".

"A prueba de balas", dijo. "Estoy casado".