Mujer nacida sin órgano reproductor tuvo su primer hijo
Malin Stenberg fue la primera mujer en concebir con un transplante de vientre.
Tener un hijo es el momento de realización de la mayoría de las familias, pero cuando cumplir este sueño es imposible, todo se derrumba. Si embargo, hay unos que nunca pierden la esperanza.
Malin Stenberg y Claes Nilsson no podían tener un bebé, ya que la mujer de 37 nació sin útero y por lo tanto, nunca consideró que fuese capaz de traer una vida al mundo.
De acuerdo a Daily Mail, Stenberg tuvo la fortuna de además convertirse en madre de Vincent en 2015, también se volvió la primera mujer en recibir un transplante de vientre.
EL MILAGRO DE LA VIDA
Malin se unió a un proyecto experimental de la Universidad de Gotemburgo, en la que a 9 mujeres jóvenes se les dieron úteros extraídos de madres, hermanas y amigos que habían completado sus propias familias y ya no necesitaban los órganos.
La donante de Stenberg fue Ewa Rosen, una amiga de la familia de 61 años, quien llama a Vincent "su séptimo milagro", pues dos hijos y cuatro nietos. El milagroso niño un puesto honorario en su familia.
"Ella realmente hizo una gran contribución a otras personas al dar este paso para ser un donante sin ningún pago ni nada: solo buena voluntad", dijo la orgullosa mamá.
UN PROYECTO INNOVADOR QUE PODRÍA CAMBIAR EL MUNDO
Solo en Gran Bretaña se estima que unas 15,000 mujeres británicas que nacieron sin matriz o o que fueron extraídas, podrían beneficiarse de este innovador trasplante.
El consultor ginecólogico, Richard Smith, quien dirige el equipo de investigación de trasplantes de útero en Londres, se mostró optimista por el revolucionario procedimiento, de acuerdo a la información de The Sun.
"Por fin llegamos a un punto en el que me preguntaba si alguna vez lo alcanzaríamos", expresó Smith.
Las pacientes pueden tratar de concebir mediante fecundación In Vitro seis meses después del trasplante del útero. En total, 42 mujeres han tenido la cirugía en todo el mundo, habiendo sido Malin la primera.
LO MEJOR ES NUNCA RENDIRSE
Este caso es un ejemplo claro de que siempre hay una luz al final del camino. Christy y Ryan Beck recibieron el milagro más grande de sus vidas cuando todos les decían que saldría mal.
La pareja dio a luz a tres hermosos bebés, pero los médicos les había dicho meses antes que de no abortar uno, todos morirían.
Pero con mucho temple y fé, los Beck siguieron adelante con el embarazo y trajeron al mundo a sus bellos y perfectamente saludables trillizos.