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Pequeña ardilla sigue regresando a visitar a la familia que la rescató hace 9 años

Mientras estaba siendo rehabilitada, no parecía haber nada particularmente especial acerca de Bella.

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En octubre de 2009, una pequeña ardilla llamada Bella resultó gravemente herida por una lechuza cuando tenía solo 4 semanas. No había forma de que pudiera haber sobrevivido en la naturaleza con esas lesiones, y afortunadamente, un grupo de rescate de vida silvestre la encontró y la acogió.

El grupo la ubicó con Brantley Harrison y su familia, que ayudan a rehabilitar a los animales.

Pero esta familia no tenía idea de cómo esta pequeña ardilla les cambiaría sus vidas.

Bella no tenía la edad suficiente para ser liberada de nuevo antes del invierno, fue por esto que se quedó con Harrison hasta la primavera y se crio junto con otras tres ardillas: Larry, Moe y Curly.

Las cuatro pequeñas ardillas vivían juntas en una jaula de liberación al aire libre, alimentadas con fórmula, frutas y verduras, y muchas nueces.

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ACTUABA COMO CUALQUIER OTRA ARDILLA

Mientras estaba siendo rehabilitada, no parecía haber nada particularmente especial acerca de Bella. Actuaba como cualquier otra ardilla que Harrison hubiera cuidado, y supuso que eso sería todo, una vez que la liberaran de nuevo en la naturaleza.

"Su personalidad no era diferente a cualquier otra ardilla que haya criado mientras estaba a mi cargo. El objetivo principal es devolverlos a la naturaleza por lo que nunca la traté como a una mascota. Ella no actuaba de manera diferente a las demás”, dijo Harrison a The Dodo.

En abril del año siguiente, Bella y las otras tres ardillas finalmente estaban listas para regresar a la naturaleza. Al ser liberadas, las pequeñas subían y bajaban con entusiasmo árboles, ansiosas por explorar sus nuevos alrededores.

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APEGO CON LA FAMILIA

En una semana las cuatro ardillas fueron asimiladas de manera segura en la naturaleza, pero Bella aún no estaba lista para despedirse de la familia que la había criado.

"Ella comenzó a regresar por uno o dos bocadillos a los pocos días de ser liberada. Las otras también regresaron por unos días, lo cual es muy típico y luego de una semana o así, generalmente dejan de venir”, dijo Harrison.

Y agregó: “Bella se sienta justo en la puerta principal esperando que alguien note que ha venido de visita. Incluso ha recurrido a saltar a la ventana del comedor para hacer que alguien la vea”.

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Han pasado varios años desde que Bella fue liberada nuevamente en su hábitat natural, y todavía regresa para visitar casi todos los días a la familia que la cuidó.

Cada vez los vivita se queda un rato sentada en las piernas de los miembros de su familia y aceptando felizmente muchas nueces.

A ella realmente no le gusta ser una mascota, pero le encanta estar cerca de su gente, y ellos adoran sus visitas tanto como ella.

Posteriormente, la pequeña ardilla se había lesionado una pata, y entonces su familia humana la cuidó nuevamente, dándole antibióticos y colocándola de nuevo en una de sus jaulas de rehabilitación para que pudiera curarse.

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Estaba casi lista para ser liberada de nuevo cuando, un día, dio a luz a tres bebés, lo que obligó a su familia humana a cuidar de la pequeña familia de ardillas hasta que los bebés tuvieron la edad suficiente para ser liberados.

"Fue realmente increíble ver a la bebé que cuidé, criar a sus propios bebés", dijo Harrison.

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Esta historia nos recuerda a la de otra ardilla que fue revivida por un conductor tras ser golpeada al atravesar una carretera en el suburbio de Minneapolis en Brooklyn Park.

Un par de oficiales de policía que patrullaban en el lugar vieron el coche del hombre estacionado en medio de la vía y se detuvieron para investigar lo que ocurría.

Las cámaras corporales de los oficiales captaron en video el momento en que en joven luchaba por salvar la vida de la pequeña criatura. Su nombre es Cristopher Felix, de 19 años, y es aspirante a estudiante universitario.

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Durante diez minutos, el joven estuvo realizando este proceso cuando atrajo la atención de la policía local, que se detuvo para interrogarlo.

Feliz recostó a la ardilla sobre su vientre y, mientras acariciaba su espalda, la pequeña criatura comenzó a mostrar signos de vida.

De repente, la pequeña se alejó corriendo y uno de los oficiales dijo: “¡Ahí va! ¡Salvaste su vida, amigo!”, mientras al mismo tiempo chocó las palmas con el joven celebrando su hazaña.

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