Mujer gasta 76.000 dólares para lograr 'el cuerpo femenino perfecto'
A Fulvia Pellegrino no le importa gastar decenas de miles de dólares solo para lograr lo que ella considera el cuerpo de la mujer perfecta.
La mujer transgénero de 56 años, de Italia, se ha sometido a varios procedimientos cosméticos y cirugías que le han costado más de $ 76,000.
La transformación de su cuerpo implicó 150 rellenos de labios y pómulos, cuatro implantes mamarios y dos rondas de liposucción.
Solamente en su trasero, Fulvia gastó $ 13,000. Y no hay parada para ella. Ella está planeando pasar por más cirugías en búsqueda del rostro y el cuerpo perfectos.
SU ESPOSA ES SU MEJOR APOYO
A través de todo esto, ella tiene el apoyo total de su esposa, Marisa, quien se ha convertido más en una hermana para ella que en una esposa.
Sin embargo, a diferencia de su esposa, los padres de Fulvia se negaron a apoyar sus planes para la transformación del cuerpo.
Intentaron que Marisa firmara un documento en el que aceptaba enviar a Fulvia a una institución psiquiátrica para hacerle cambiar de opinión.
“Fue muy difícil, cuando mi padre falleció, no nos dejaron ir al funeral porque se avergonzaban de nosotros. "Las únicas personas que me aceptaron fueron mis hermanos", dijo Marisa en una entrevista.
EL COMIENZO DE SU EXTRAÑA PREGUNTA POR EL CUERPO PERFECTO
En 2004, en contra de los deseos de sus padres, ella persiguió su objetivo con implantes de senos, un trabajo de nariz y un lifting facial.
Se sometió a tres aumentos de senos más y liposucción. Más tarde, ella consiguió numerosos rellenos en sus mejillas y labios.
A medida que sus cirugías y procedimientos cosméticos empezaron a agotarlo financieramente, Fulvia vendió sus armas, automóviles y una casa en Francia para pagar las costosas cirugías cosméticas.
“Fue muy difícil, cuando mi padre falleció, no nos dejaron ir al funeral porque se avergonzaban de nosotros. "Las únicas personas que me aceptaron fueron mis hermanos".
La pareja ahora sobrevive solo con el salario de Marisa, que se gana la vida trabajando como terapeuta holística.
A pesar de la carga económica de su parte, Marisa se complace en apoyar el deseo de Fulvia de lograr la apariencia perfecta. También aprendieron a no molestar a sus vecinos en su ciudad de Peveragno que los rechazaron por las decisiones de Fulvia.