Reconocí mi pulsera desaparecida hace un mes en la muñeca de la enfermera que me atendía en el hospital
En cuanto mis ojos se posaron en la delicada pulsera de oro que rodeaba la muñeca de Estefanía, se me cortó la respiración. Conocía aquella pulsera. Había pasado semanas buscándola y estaba convencida de que se había perdido. Pero ahora podía verla en la muñeca de la enfermera que me cuidaba.
