La historia de Yago, el niño que no salió del hospital hasta que tuvo 5 años
El niño pasó casi toda su vida hospitalizado en una planta de oncología pediátrica del Doce de Octubre. Su historia es a la vez dolorosa y muy inspiradora.
El pequeño fue diagnosticado con un extraño tipo de cáncer cuando apenas tenía 6 meses de vida. Yago, apodado el "niño burbuja", no había visto el mundo hasta 2016, cuando cumplió los 5 años de edad.
Desde su diagnóstico, su vida ha consistido en un largo proceso de pruebas, pinchazos, cirugías y aislamiento. Por dos años estuvo en aislamiento total, sin poder salir de su habitación. Conoció a su hermanito a través de Skype.
El diagnóstico de Yago no era muy prometedor tal y como contó su madre a El Mundo: "En un primer momento no pudieron ni ponerle la quimio. Yago estaba muy deteriorado, muy débil, y me dijeron que no podría aguantar el ciclo. Se lo redujeron al 50% y aguantó. Mejoró a partir del cuarto ciclo".
La historia de este chico es única, ya que el pequeño creció viendo al mundo solo a través de la ventana de su habitación. A sus 5 años, nunca había acariciado a una mascota, jamás había sentido la lluvia ni se había subido a un columpio.
Para Yago, la primera vez que estuvo en el exterior fue toda una experiencia. La madre recuerda que el niño se asustó y gritó de miedo la primera vez que vio una mosca. Luego cuando vio hormigas le preguntó a su mamá: "¿Por qué van en fila, mamá?"
La mujer también habló sobre la ocasión en que descubrió la lluvia: "Era de las primeras veces que podía estar fuera. Empezó a llover. Yo le dije que corriéramos para el hospital, porque nos íbamos a mojar. Él se quedó muy quieto mirando al cielo: '¡¡Mamá, la lluvia está fría!!'. 'Sí, hijo'. '¡¡Y de los charcos salen pompas!!'".
Yago se crio entre adultos. Es un niño sumamente inteligente y posee una inteligencia emocional brutal. También posee un vocabulario técnico de médico.
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Por las circunstancias peculiares de su crianza, su forma de aprender sobre el mundo fue a través de la televisión y los juegos de memoria. Ahora al pequeño Yago le queda todo un mundo nuevo por conocer.
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