Hombre de 79 años le revela a su esposa que irá a comprar Viagra

Son muchas cosas las que se han dejado de hacer cuando se tienen casi 80 años, pero nunca es tarde para volver. ¿O sí? El abuelo no esperaba la respuesta de su anciana esposa.

Los adelantos de la ciencia prácticamente erradicaron hace 20 años la disfunción eréctil como mal que angustiaba a muchos hombres de cualquier edad. Una simple pildorita significó el alivio para millones de personas en todo el mundo, que volvieron a experimentar la sexualidad sin problemas.

Desde ese 27 de marzo de 1998 cuando entró al mercado, la milagrosa pastilla azul conocida como Viagra ha reconstruido vidas y generado situaciones jocosas que contadas como anécdotas, se convierten en chistes.

Una de ellas es la de Juan, un anciano de 79 años que estaba sentado en el sofá mirando la televisión, cuando de repente comienza a aparecer un anuncio publicitario de Viagra, haciendo alarde de que incluso los hombres mayores pueden tener algo de acción entre las sábanas si prueban su producto.

Con un esfuerzo y un gemido, Juan se levanta, camina hacia el pasillo y se pone su abrigo.

Se encuentra con su esposa en la puerta.

Cuando abre la puerta principal, se encuentra con su anciana esposa Rosa, que acababa de regresar de regar el jardín.

“¿A dónde vas?”, pregunta ella.

“Voy a ver a un médico”, responde el pícaro con una gran sonrisa.

Rosa, preocupada, le dice: “¿En serio? ¿No te estás sintiendo bien?”

“Me siento muy bien”, contesta Juan. “Voy a comprarme algunas de esas pastillas de Viagra”.

Rosa, que se había quitado el abrigo mientras hablaba, al escuchar la respuesta de Juan se lo vuelve a poner rápidamente.

“¿Y a dónde diablos vas?”, pregunta él.

“Voy a ir contigo al médico, por supuesto”, respondió ella.

“Uh-huh, ¿y eso por qué?”

“Bueno, si vas a comenzar a usar esa vieja cosa oxidada otra vez, entonces es mejor que me aplique una vacuna contra el tétanos”.

No importa la edad que se tenga, hay que llevar la vida con humor, pues está demostrado que la risa alarga la vida.

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