Andrea Legarreta: la desgarradora pérdida de su bebé y recuperarse gracias a su hija Mía
Aunque para toda mujer su primer embarazo es un bello recuerdo, para la actriz y presentadora mexicana es uno de los peores episodios de su vida.
La pérdida de su primer bebé le dejó grandes enseñanzas a Andrea Legarreta, pero antes de aceptar lo ocurrido tuvo que lidiar con el profundo dolor que se alojó en su corazón.
Desde que en 2003 se escribió el capítulo más cruel de su existencia, Andrea se comenzó a formar como una mujer fuerte que salió adelante en medio de las adversidades. Poco después, al conocer que otro ser crecía en su vientre, se llenó de felicidad.
LA DURA CONFESIÓN
Una vez superado aquel día gris, Andrea no tiene ningún problema en narrar lo que ocurrió. Su familia y el nacimiento de Mía fueron de gran ayuda para superar la prueba que Dios puso en su camino.
Recuerda con alegría el momento en que le dio la noticia a su familia de que estaba esperando a su primer hijo. Fue en Navidad cuando Erik Rubin (su esposo) y sus papás supieron del bebé que venía en camino sin imaginar lo que pasaría luego.
Después de las fiestas decembrinas se fue de viaje con su marido y al volver, fue a la respectiva consulta médica por su cuenta, porque Erik no pudo estar presente.
Mientras le hacían el ultrasonido, la doctora buscaba y buscada el latido del corazón del feto, pero desafortunadamente nunca lo escuchó.
“No se logró”, le dijo su doctora. En ese momento enfrentó la terrible realidad de que ya no sería madre. Al menos en aquel entonces.
Para ella lo más difícil fue decírselo a su esposo. Cuando llegó a casa Erik estaba allí y le preguntó qué había pasado. “Pues ya no hay bebé”, le dijo Andrea, quien comentó que Rubin se recostó de una pared y comenzó a llorar como un niño.
LO TUVO QUE CONSOLAR
En ese instante, a pesar del dolor en su corazón, tuvo que consolar a su marido quien se encontraba desgarrado por la lamentable noticia. Legarreta estaba ahogada con sus sentimientos y para poder drenar se sentó en la computadora y comenzó a escribir.
Le escribió una carta al bebé que ya no estaba en su vientre buscando calma para su alma. “Yo sé que todos dicen que el tiempo sana todo y que con el tiempo vamos a saber por qué pasan las cosas”, fueron algunas de sus palabras.
Pero ella lo único que quería eran respuestas. Saber por qué le había pasado eso a ella, por qué su primer embarazo fracasó.
SUPERANDO LA PÉRDIDA
Andrea comenzó a superar la pérdida de su primer hijo cuando supo que un segundo venía en camino. Mía fue de gran ayuda cuando todavía no había nacido.
Recordó que, en un viaje a París con su familia, entraron a la iglesia Sagrado Corazón. Estando dentro del templo se acercó a sus padres y a Erik y los puso frente a la imagen de la Sagrada Familia. Una vez allí, les dijo: “¿Ven a ese bebito que está cargando la Virgen? Ustedes van a poder cargar uno así pronto, en abril”.
Su papá la abrazo llorando como un niño y luego se abrazaron todos inmortalizando en su memoria aquel hermoso momento. Ese ángel en su vientre le permitió cambiar su perspectiva, pues alcanzó la tranquilidad que su alma necesitaba.
SOÑABA CON SER MAMÁ
En una entrevista para ‘Quién’, Andrea confesó que siempre soñó con convertirse en madre y que al casarse con Erik le habló de eso y comenzaron a buscar su primer hijo.
Es por eso que la pérdida de su primer embarazo significó una horrible experiencia para la pareja que ahora ha formado una bella familia junto a sus hijas Mía y Nina.
Legarreta manifestó que sus hijas son unas chicas amadas y deseadas que le han llenado el corazón de felicidad y profundo amor.
Sin embargo, aquella frase con la que le notificaron que el bebé en su vientre ya no estaba, nunca la olvida, al igual que la frase de consuelo: ‘con el tiempo lo superarás’. Para la pareja lo que mejor les funcionó fue encomendarse a Dios y permitir que él obrara en sus vidas.
"A mi bebé lo perdí un 5 de enero y Mía nació en esa misma fecha, se adelantó un mes completo", recordó como una milagrosa coincidencia.
Andrea cree que el bebé que no se logró regresó en Mía con su alma sana y el corazón fortalecido.
Cabe resaltar que ya han pasado 20 años desde que la pareja se casó, y a pesar de las altas y bajas, siguen más juntos que nunca. Cada vez recuerdan como pareja que el amor vale la pena y se demuestran lo que sienten en sus redes sociales.