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Mujer acepta tener una cita a ciegas

Georgimar Coronil
07 mar 2019
19:46

Una mujer aceptó ir a una cita a ciegas pero le preocupaba que no le gustara el hombre, por lo que decidió llamar a su mejor amiga.

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"Hola Sarah, escucha, solo tengo un minuto", dijo. "Estoy a punto de ir a una cita a ciegas, ¿puedes llamarme dentro de media hora por si algo va mal?"

La amiga estuvo de acuerdo y prometió llamarla. La dama se perfumó se miró una vez más en el espejo y salió para esperar a su cita.

Mujer maquillándose. | Imagen tomada de: Pexels

Mujer maquillándose. | Imagen tomada de: Pexels

El hombre la recogió y se fueron a un restaurante. Efectivamente, después de veinte minutos, la mujer estaba revisando discretamente su reloj. Después de diez minutos más, su teléfono finalmente sonó.

Escuchó durante unos segundos, frunció el ceño y se miró a su cita: "Lo siento mucho, pero mi abuela está terriblemente enferma y debo irme a casa ahora".

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Un hombre y una mujer en un restaurante moderno. | Imagen tomada de: Pexels

Un hombre y una mujer en un restaurante moderno. | Imagen tomada de: Pexels

El caballero sonrió antes de decir: “¡No hay problema! ¡En unos minutos más, mi perro iba a ser atropellado!”

Si te gustó esta historia no te puedes perder la siguiente, en donde una mujer muere y va al cielo.

Una mujer tuvo un ataque al corazón, lamentablemente murió y fue al cielo donde se encontró cara a cara con Dios.

“¿Me estoy muriendo?” Le pregunta ella.

"No", respondió Dios. "Vivirás por otros 40 años, dos meses y ocho días".

Esposo consuela a su esposa enferma en el hospital. | Imagen tomada de: Pexels

Esposo consuela a su esposa enferma en el hospital. | Imagen tomada de: Pexels

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Inmediatamente volvió a la vida y, después de su experiencia cercana a la muerte, juró hacer lo mejor en su vida.

Cambió el color de su cabello, se hizo un lifting facial e incluso se sometió a una abdominoplastia.

Después de su última cirugía fue tropellada por un auto y murió. Cuando regresó al cielo y se encuentró con Dios nuevamente, estaba molesta.

“¿¡Qué fue eso!?” preguntó ella.

"¿Qué?" Dios respondió: "Tú moriste".

"¡Dijiste que viviría otros 40 años!" "Oh". Dios pensó por un tiempo..."No te reconocí".

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