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La desesperación de Iñaki Urdangarin porque sus conocidos ya no lo visitan en la cárcel

Vanessa Guzmán
18 mar 2019
18:24

La cárcel no es el mejor sitio para estar y si de paso te invade la soledad, la estadía debe ser mucho peor.

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Iñaki Urdangarin se siente desolado. Su familia ya no lo visita con la misma frecuencia en la cárcel y ahora que su libertad condicional fue rechazada, el cuñado del Rey se encuentra desesperado en su lugar de reclusión.

Recientemtne el Tribunal Constitucional no admitió el recurso de amparo que Iñaki interpuso en noviembre contra su condena, establecida de cinco años y 10 meses de cárcel.

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LA REVISIÓN A SU PENA

Cuando fue encarcelado, el royal dijo que sus derechos se habían vulnerado y exigió la revisión de su pena y la anulación de la condena por malversación.

Sin embargo, su deseo mayo era salir de la cárcel aunque fuera de manera provisional mientras se decidía su sentencia final.

Entre tanto, su abogado Mario Pascual asegura que su representado "no sufre depresión" ni dolencia psíquica alguna, pero precisó que Urdangarin está al borde de la desesperación.

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COMO LEÓN ENJAULADO

Todo indica que el ex duque de Palma vive como un león enjaulado y aislado.

"Iñaki no sabe manejar la soledad, pertenece a una familia numerosa, de siete hermanos, cuando jugaba al balonmano convivía con los jugadores de su equipo y ha sido padre de cuatro hijos. Su vida ha trascurrido siempre con bullicio alrededor."

"Cumplir condena en solitario es un error, estaría mucho mejor en el módulo de respeto de otra cárcel, donde pudiera compartir una partida de mus, hacer deporte o, simplemente, un rato de charla con presos afines", explicó el jurista.

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EVITAR SER VISTA EN LA CÁRCEL

La monarquía ha evitado a toda costa un imagen de algún miembro real en la cárcel, de hecho, han querido proteger a la Infanta Cristina de cualquier riesgo, como el que sería una instantánea visitando a su marido en prisión, gráfica que podría ser pagada con cifras astronómicas.

Mientras tanto, ya son nueve meses que Iñaki tiene preso en Brieva, y el tiempo en ese lugar lo está llevando al límite.

Sobre todo, porque en un principio recibía visitas constantes de sus allegado, pero ahora comparte muy poco con sus afectos.

Su madre, Claire, es muy mayor y sus hermanos, su gran apoyo, viven en Vitoria, y tienen trabajo y familia que atender. Por su parte la Infanta Cristina parece que tampoco se prodiga tanto.

"Suele venir una vez al mes, al vis a vis, en el que puede estar a solas con su marido hasta tres horas. Quizá no le compense viajar desde Ginebra para las visitas semanales de 40 minutos en un frío locutorio a través de un cristal, donde hay que hablar a gritos, porque apenas te oyes", asegura una fuente de su entorno.

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PEDALEAR EN LO ÚNICO QUE HACE

Urdangarin solo pedale en una bicicleta estática que le instalaron en el espacio en el que está confinado.

No tiene ánimo para estudiar una carrera, tal como se lo recomendaron. Además de quedar extenuado del ejercicio, ve la tele, lee, reza, escribe un diario y cuenta los días que quedan hasta Navidad, que es cuando podría disfrutar de su primer permiso.

Es por ello que su abogado está buscando la forma de que pueda disfrutar de un adelanto de libertad.

Lo que se quiere es que se le permitira sólo pernoctar en la cárcel y tener los fines de semana libres, pero para eso se requiere arraigo familiar y un trabajo, algo que el ex duque de Palma no tiene.Para eso, la Infanta Cristina debe abandonar Ginebra e instalarse en Madrid con sus hijos. Otra opción es solicitar un cambio de prisión a Vitoria, pues allí viven su madre y la mayoría de sus hermanos y a Urdangarin no le costaría encontrar ocupación.

Sin embargo, el problema mayor, es la polémica que podría generarse por lo que, pese a ser legal, muchos considerarían un trato de favor hacia el yerno regio, algo que Zarzuela quiere evitar a toda costa.

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El exduque de Palma, yerno del rey emérito Juan Carlos I, cuñado del rey Felipe VI y marido de la infanta Cristina, fue a prisión por prevaricación, malversación, tráfico de influencias, fraude y dos delitos fiscales.

Y aunque se dice que su familia no lo visita como antes, su hijo sí lo ha ido a ver, incluso, el chico fue en una oportunidad solo a visitar a su papá en la cárcel, pero acompañado de personal de seguridad que lo cuidó durante su presencia en el centro de reclusión.

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