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Adorable abuelo hace el 'baile del pollito' con su nieta

Stef Colina
03 abr 2019
13:11

Cuando a McKinly le atacó el miedo escénico, su abuelo salió al rescate para hacer un número de baile cuya ternura los hizo virales.

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La ternura se desborda en este clip que hasta ahora ha logrado 162 mil reproducciones y centenares de reacciones en las redes sociales. En el video de 1.22 minutos se puede ver a McKinly Lester bailando junto a su abuelito Jeff Harville.

El "Baile del pollo" fue la pieza que esta dupla usó para derretir corazones, luego que McKinley le pidiera a su abuelo que la acompañara a hacer los divertidos pasos de baile.

Abuelo bailando con su nieta / Imagen tomada de: Facebook

Abuelo bailando con su nieta / Imagen tomada de: Facebook

TODO POR SU NIETA

Todo comenzó cuando la niña de 5 años sintió miedo escénico en un evento de la iglesia al que asistieron más de 200 personas, por lo que pidió el apoyo de Jeff, quien a sus 55 años no dudó en tomar agitar los pompones para ver en una sonrisa en su pequeña porrista.

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Abuelo bailando con su nieta / Imagen tomada de: Facebook

Abuelo bailando con su nieta / Imagen tomada de: Facebook

EL AMOR QUITA LOS MIEDOS

Chelsey Lester, mamá de la pequeña fue la encargada de inmortalizar y viralizar el video grabado en la Iglesia Gap Creek Missionary Baptist, ubicada en Cumberland Gap, Tennessee.

"Piensa que es gracioso, no puede creer que haya llegado tan lejos", dijo Lester a "Good Morning America" con respecto a su padre, Jeff.

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LA MARAVILLOSA CONEXIÓN ABUELO - NIETA

La orgullosa madre e hija de la adorable pareja de baile además agregó que:

"Si conoces a mi padre, nunca haría algo así. Es un tipo grande que tiene un oso de peluche por dentro", concluyó.

Abuelo bailando con su nieta / Créditos de la imagen: YouTube / Entergalactic

Abuelo bailando con su nieta / Créditos de la imagen: YouTube / Entergalactic

Como Jeff y McKinley, hay quienes dejan que la música diga lo que muchas veces las palabras no pueden. Raquel, una chica encargada de cuidar a su abuelo con Alzheimer, decidió darle un tono nuevo a los días, bailando con él.

Al parecer relajarse y divertirse un poco era exactamente lo que este hombre necesitaba; pues mientras bailaban, el ancianito nunca dejó de sonreír.

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