Ángel Hernández, el hombre que ayudó a su esposa a morir, comparte sus últimas palabras
María José Carrasco sufría esclerosis múltiple desde hace más de 30 años y su esposo ayudó a morir.
Telecinco reseñó que Ángel Hernández le dio una medicina a su esposa para ayudarla a cumplir su deseo de fallecer y no sufrir más.
María tenía deterioro físico masivo y unos dolores terribles que solo podían ser calmados con morfina. No podía moverse, no veía bien.
Hernández cumplió el deseo de morir de su mujer y la ayudó a tener una muerte digna.
La pareja esperaba con ansias una ley de Eutanasia para que María no continuara con su sufrimiento.
Luego de que su esposa le pidiera en incontables ocasiones que la ayudara a morir, le acercó un vaso a la boca y ella bebió. Pudo morir en paz.
Sin embargo, Ángel fue detenido y le entregó un pen drive a un periodista con la información de todo lo que había sucedido y en el que María José repite varias veces que quiere morir.
Ante la afirmación de ella, responde: "Te voy a prestar mis manos". Después, Ángel le acerca un vaso no sin antes preguntarle una vez más si está decidida. "Ha llegado el momento, que tanto deseabas", le dice él que en un gesto de amor, le coge la mano para “notar la ausencia definitiva de tu sufrimiento”.
"Cuanto antes mejor", aseguró María José.
El marido explica que hace tiempo, cuando ella aún podía mover un poco sus manos, fue capaz de comprar online el medicamento que le ha suministrado. "Espero que no sea un fraude" y "espero que puedas tragar", dijo Ángel.
Afortunadamente Hernández pudo salir del Juzgado y ahora tiene la idea de ayudar a otras personas que atraviesen una situación similar.
HAY MUCHA GENTE EN LA MISMA SITUACIÓN
Tras haberle preguntado si podría convertirse en un referente de la lucha por la muerte digna, respondió que no sabe si lo será, pero pidió a los medios que “se dediquen a la gente que tiene este problema porque aunque su mujer ha fallecido y en parte ya no le hace falta, hay mucha gente que está en la misma situación y hay que ayudarla”.
Ángel recordó que le dieron libertad sin fianza y que será el juez instructor el que decida lo que le tiene que aplicar.
Pero este no es el único caso donde una persona muere por eutanasia. Una mujer sana de 29 años falleció por decisión propia.
Aurelia Brouwers dio su último aliento en la comodidad de su propia casa en los Países Bajos después de luchar contra una enfermedad mental durante muchos años.
Brouwers falleció sujetando su dinosaurio de juguete favorito y con una sonrisa en su rostro, informó The Guardian. Terminó su vida con eutanasia tomando medicamentos recetados. Para conocer más detalles haz click aquí.