Los padres de Julen quieren continuar la investigación contra el dueño de la finca
La investigación sobre la muerte de pequeño Julen, quien falleció el pasado 13 de enero, sigue su curso.
Los padres del niño solicitan continuar la investigación penal contra el dueño de la finca donde estaba la prospección, David Serrano.
Antonia Barba, abogada de los padres, presentó este miércoles el escrito en el que solicita que siga el procedimiento en el que Serrano figura como investigado por un presunto delito de homicidio imprudente.
Barba señaló que no ha pedido nuevas diligencias de prueba pero que entiende que debe continuar la causa contra el único investigado.
Por otra parte, el informe definitivo de la autopsia realizada a Julen, determina que el pequeño falleció por la caída al pozo y que sufrió traumatismo craneoencefálico y raquimedular, por lo que descarta la posibilidad de que hubiese muerto por el golpe de una piqueta en las labores de rescate.
Los golpes que recibió el niño de dos años cuando cayó por el profundo sondeo, de más de 70 metros de profundidad y unos 25 centímetros de diámetro, fueron los que acabaron con su vida.
Se conoció que ninguna de las dos fracturas que presentaba el cráneo del menor fueron ocasionadas por algún objeto ajeno.
La caída no fue libre, lo que contradice la hipótesis que en un principio se manejaba. Julen no sufrió una caída libre por el pozo, sino que su ropa fue rozando con los salientes del sondeo hasta que tocó el fondo, a unos 73 metros de profundidad en el Dolmen del Cerro de la Corona.
Otro de los argumentos que presentó Lawbird Legal Services, la firma de abogados que respalda a Serrano, dice que "un objeto en caída libre desde 73 metros de altura tarda aproximadamente 3.85 segundos en llegar al suelo" y que el niño, puesto que sus padres le oyeron llorar "durante 30 segundos", habría sobrevivido a la caída.
Pero el informe definitivo concluyó que "La causa fundamental de la muerte fue por precipitación". Específicamente, por traumatismo craneoencefálico y raquimedular.
Otro dato que se ha despejado es la hora exacta de la muerte, información que también desmonta la teoría de los abogados del dueño de la finca.
El niño murió a las 13.50 horas, "pocos minutos después de la precipitación", por lo que el tiempo de supervivencia "fue corto".
Por su parte, en el informe de Serrano decían que las actuaciones con la piqueta sobre el tapón se desarrollaron entre las 17.30 y las 21.00 horas, lo que supone que las labores con esta herramienta empezaron casi cuatro horas después del momento de la muerte del niño.