La curiosa e inesperada razón por la que nos damos la mano al saludamos

Para aquellos hombres de negocios, políticos y estudiantes universitarios: tomen en cuenta que el firme y amigable apretón de manos transmite más de lo que piensan. "Soy una persona profesional y adecuada que hace lo correcto".

Más allá de ser un saludo cortés entre dos miembros de la sociedad civilizada, un apretón de manos puede ser un canal para promover el intercambio de olores corporales entre conocidos. Se podría decir que es el equivalente humano de dos perros olfateando el trasero del otro.

La investigación de los apretones de manos fue publicada por Olfactory Lab, en el Instituto de Ciencia Weizmann de Israel.

El investigador Idan Frumin y su equipo examinaron el comportamiento del apretón de manos de casi 300 sujetos de prueba (a quienes no se les dijo que estaban participando en un estudio sobre el olor corporal).

Las imágenes de video del estudio muestran que los sujetos que se habían estrechado la mano se las llevaban a la nariz para investigar las sobras olfativas de la interacción, casi tan pronto como el investigador abandonara la sala.

Los participantes inhalaban por la nariz más profundamente cuando acercaban sus manos, lo que indica que efectivamente estaban olfateando los olores intercambiados durante el apretón de manos.

"Nuestros hallazgos sugieren que las personas no solo están pasivamente expuestas a señales químicas socialmente significativas, sino que las buscan activamente", dijo Frumin en un comunicado de prensa.

"Los roedores, los perros y otros mamíferos comúnmente se huelen a sí mismos, y se huelen unos a otros en las interacciones sociales, y parece que, en el curso de la evolución, los humanos han mantenido esta práctica, solo a nivel subliminal", añadió.

Aunque el propósito del apretón de manos puede ser biológico, eso no significa que las dinámicas sociales no estuvieran en juego.

Frumin notó que los participantes aumentaron más del doble la cantidad de tiempo que pasaban olfateando su mano derecha después de darle la mano a un investigador del mismo género, mientras que un apretón de manos con alguien del sexo opuesto hacía que tuvieran el doble de probabilidades de oler su izquierda, mientras mantiene su mano derecha (agitando) lejos de su nariz.

El investigador, junto a su equipo también manipuló la dinámica de género de otras maneras. Hizo que grupos de investigadores usaran pulseras químicamente contaminadas (un tipo tenía hormonas sexuales masculinas, otra hormonas femeninas exudadas) y un tercer grupo recibió un perfume unisex.

Menos de la mitad de los participantes notaron los nuevos olores, pero casi todos fueron afectados por ellos. Los participantes que estuvieron expuestos a las hormonas tenían menos probabilidades de oler la mano que habían estrechado, pero era más probable que olieran la opuesta.

El perfume no parece tener un efecto en el olfateo de la mano izquierda o derecha, una mala noticia para las personas que podrían querer ocultar sus señales químicas con un aroma sintético.

En este sentido, es importante tener en cuenta que el olfateo fue subconsciente, derivado de un impulso biológico profundamente arraigado en lugar de un extraño deseo de detectar el olor corporal de otra persona.

"Nuestros hallazgos sugieren que en sus orígenes evolutivos, el apretón de manos también podría haber servido para transmitir señales de olor. Y tal señalización aún puede ser un componente significativo, aunque subliminal, de esta costumbre", dijo el neurocientífico Noam Sobel, quien supervisó el proyecto de Frumin.