Doris Day habría pasado sus últimos días siendo manipulada por personas cercanas a ella
Tras la muerta de la 'novia de América', la actriz y cantante Doris Gray, ha habido mucha especulación sobre cómo pasó los últimos años de su vida. ¿Rumores, o hay algo de cierto en ellos?
Todos conocemos a Doris Day como esa feliz rubia que jamás era vista sin una gran sonrisa y una encantadora presencia. Pero en las semanas que siguieron a su muerte, terribles rumores han salido a la luz que pintan un retrato muy distinto de la estrella.
Fuentes cercanas a la hermosa actriz recientemente revelaron las condiciones en las cuales la actriz vivió sus últimos días, plagada por la soledad, según las fuentes.
Sus alegatos cobraron legitimidad cuando, tras su muerte el pasado 13 de mayo, su nieto, Ryan Melcher, alzara la voz con denuncias de que el mánager de Doris Day, Bob Bashara, se negaba a dejarlo ver a su abuela, y que esto aparentemente continuó a medida que envejecía y "su mente comenzó a deslizar".
Uno de los amigos más cercanos de Doris Day, Mike DeVita, que frecuentemente intercambiaba cartas con Day, la describió como "una mujer que confía mucho en los demás, que fue manipulada toda su vida, usualmente por sus maridos", según reportó Fox News.
El primer marido de Day, Al Jorden, no sólo la golpeaba con frecuencia, sino que amenazó con dispararle, y a pesar de que Jordan la golpeaba, ella decidió seguir casada con él tras quedar embarazada de su hijo Terry, que nació en 1943, luego de finalmente divorciarse de Al Jorden y echarlo de su hogar en Cincinnati.
Tres años después de deshacerse de Al Jorden, Day conoció y rápidamente se casó con George Weidler. El matrimonio duró de 1946 a 1949.
Luego conoció a su tercer marido, Martin Melcher, que adoptó a su hijo Terry, y despilfarró los ahorros de su vida, dejándola en bancarrota sin saberlo. Se enteró de las deudas sólo luego de la muerte de Melcher, en 1968, pero se salvó de la ruina tras recibir 22 millones de dólares como compensación por fraude y malapraxis.
La estrella de la televisión se casó una vez más, en 1976, con el mesonero Barry Comden, de quien se separó en 1981, quien "públicamente admitió sentir celos de sus queridos perros", según reportó Page Six.
Hablando sobre los años antes de su muerte, un vecino anónimo dijo que sus últimos momentos estuvieron llenos de controversia, y que su vida cotidiana eventualmente estaba centrada en sus mascotas. El vecino cuenta que:
"En los últimos 20 años de su vida, lo único que le importaba eran sus animales. Confiaba en los animales más que en los humanos. No la culpo."