Raffaella Carrà: la diva italiana que conquistó el mundo y sedujo a Maradona
La intérprete italiana trascendió fronteras y se convirtió en ícono de la cultura popular.
Hablar de Raffaella Carrà no solo te hará rememorar sus célebres temas musicales, sino que traerá a tu memoria su seductora vida, con la que cautivó el corazón de Diego Armando Maradona.
Raffaella Maria Roberta Pelloni nació en Bolonia el 18 de junio de 1943. Aunque su futuro estaba garantizado detrás de un mostrador, debido a los negocios de su padre y de su abuela, su destino iba a ser otro. Ella quería ser artista.
Raffaella Carrà en la noche de inauguración del 64º Festival di Sanremo 2014 en el Teatro Ariston, el 18 de febrero de 2014 en Sanremo, Italia. | Imagen: Getty Images
EL MUNDO DEL ESPECTÁCULO
Viendo su interés por la danza, su madre Iris Dellutri la inscribió en la Academia Nacional de Danza y ya a los 9 años, de manera causal, estaba en el mundo del espectáculo.
En un viaje que hizo con su mamá a Roma conocieron a un director de cine que buscaba a una niña para la película Tormento del passatto, y como Raffaella cumplía con los requisitos fue contratada.
Alternó la escuela con el cine y la danza. Y ya para los 17 años le llegó su primer gran papel en La larga noche del 1943 y en 1963, actuó con Marcello Mastroianni en la película Los camaradas.
SE PREGUNTARON QUIÉN ERA ESA JOVEN
Mientras la fama de Raffaella crecía en Europa, en los estudios de Estados Unidos se preguntaban quién era esa chica pues querían contratarla.
En 1996 grabó unos episodios para “I Spy” con Bill Cosby, pero su gran reto llegó con “El coronel Von Ryan”, producción en la que le ofrecieron el papel protagonista junto a Frank Sinatra, quien al conocerla la comenzó a cortejar, pero, aunque todas caían en sus brazos, ella le dijo: “No”.
“Note que era amable conmigo, pero no con los demás", dijo, según Infobae. Raffaella no quería convertirse en "la chica del jefe" y ella no quería atajos para alcanzar el éxito. Carrà no se dejó seducir por el estilo de vida hollywoodense.
Raffaella carrà en el ciclo "Cosas extrañas que hacen los humanos", año 2008. | Imagen: Wikimedia Commons
CON NINO FERRER
Una vez en su país natal la llamaron del programa de Nino Ferrer y dijo que aceptaba con la condición de que le dieran un pequeño espacio propio para hacer lo que quisiera. En tres minutos mostraba lo que se convirtió en su marca de fábrica.
Entonaba una canción alegre y pegadiza pero acompañada por una coreografía tan vital y llena de energía que lograba que todo el público se pusiera a bailar y los productores la quisieran contratar a perpetuidad.
Entrando los años 70 ya era toda una showgirl y lideraba un show nocturno en la RAI: "La Canzonissima 70".
En ese entonces rechazó una propuesta cinematográfica en París pues, aunque pagaban mucho mejor que en la TV, ella sentía que el cine era una prisión.
Fue en ese entonces que se impuso con el "estilo Raffaella Carrà": Cabello rubio platinado con corte carré lacio y con flequillo. Ideó un vestuario que le permitía bailar con comodidad, pero también que destacaba su torneado cuerpo de bailarina.
Diseñó unos monos rojos, violetas o naranjas bordados con strass y escote profundo que llegaba al ombligo. Su look fue tan impactante como rupturista, años después sería imitado por otras artistas como Madonna o Lady Gaga.
Raffaella Carrà en la noche de inauguración del 64º Festival di Sanremo 2014 en el Teatro Ariston, el 18 de febrero de 2014 en Sanremo, Italia. | Imagen: Getty Images
CENSURADA POR EL VATICANO
Raffaella Carrà alcanzó el éxito cuando se atrevió a mostrar una pequeña parte de su cuerpo: el ombligo. Justo esa parte de su anatomía la puso en boca de todos, incluido el Vaticano que la censuró porque cuando bailaba la canción "Tuca Tuca", el bailarían la acariciaba pícaramente.
Se llegó al extremo que en las radios al pasar la lista de temas más escuchados saltaban del puesto 5 al 3 para no tener que nombrar a la canción "impúdica".
Raffaella era una artista multifacética: cantaba, bailaba y actuaba, pero su característica principal era su alegría. Ella rompía moldes y eso apasionaba a su público.
OTRAS FRONTERAS
En 1975 traspasó las fronteras, sus temas eran escuchados y bailados en diferentes partes del mundo.
Miles de chicas querían imitar el latigazo cervical de la Carrà. Es que la italiana en medio de una canción movía su cabeza con un golpe seco para atrás y adelante, pero, sorprendentemente, toda su cabellera volvía al mismo lugar.
En su primera gira viajó con 200 trajes, 26 acompañantes y 6 mil kilos de sobrepeso. Realizaba varios cambios de ropa a lo largo de un show que duraba hora y media. La voz era siempre en directo. Un show agotador y durísimo para la estrella e inolvidable para los espectadores.
A finales de los setenta dejó las presentaciones en vivo para centrarse exclusivamente en la televisión, con los exitosos programas Milleluci, Tante scuse, Ma che será y Pronto, Raffaella!, este último era un concurso de llamadas telefónicas en directo.
Ella, junto con sus canciones quitaron del camino muchos prejuicios de la época. Su presencia era refrescante.
Todo el mundo se callaba para escucharla cuando atravesaba una puerta. Era mucho más que una rubia con ropa ajustada y brillante. Era una mujer muy potente con mucha fuerza.
Raffaella Carrà en la noche de inauguración del 64º Festival di Sanremo 2014 en el Teatro Ariston, el 18 de febrero de 2014 en Sanremo, Italia. | Imagen: Getty Images
RAFFAELLA CARRÁ SHOW
Raffaella Carrá Show arrancó a finales de la década del 90 y en dicho espacio hacía entrevistas a estrellas internacionales con todo el glamour posible.
Fue la primera y única que logró entrevistar a la Madre Teresa de Calcuta en un estudio de televisión. La religiosa se presentó con su humilde hábito y la conductora –sin tiempo a cambiar su vestuario- la recibió con un vestido de mangas enormes, hombreras de plumas y gemelos con brillantes.
A partir del 2006 su presencia en televisión comenzó a ser más espaciada. "He tenido mucho en la vida. Ahora es el momento de dar paso a las nuevas generaciones", anunció.
SUS PASOS EN EL AMOR
Se casó con Gianni Boncompagni, quien compuso gran parte de las canciones que la hicieron famosa. Formó pareja también con Sergio Japino, su coreógrafo.
Defendía la libertad individual y en su práctica Coppola y Maradona fueron invitados a su casa en la que estaba con su marido. Por otra parte, un dato importante de la artista es que nunca se hizo una cirugía.
Su envidiable estado hace que en Italia se haya popularizado la frase "nada es eterno, excepto la Carrà.